Diciembre 2024. Estar Presentes*

(*) Este número está dedicado a los damnificados por las inundaciones de Valencia 


How does it feel?
To be without a home?
Like a complete unknown?
Like a rolling stone?

B Dylan

El pasado 29 de Octubre una enorme riada arrasó todo lo que encontró en un área geográfica de Valencia, provocando algo más de 230 muertos y desaparecidos, destruyendo los hogares, los negocios y las ciudades por las que pasó, y sumiendo a los supervivientes en la desesperación, el dolor y el desamparo. En Doctutor queremos dedicar este número de Diciembre 2024, a las personas que han sufrido este acontecimiento y así, transmitirles nuestra solidaridad y comprensión de su sufrimiento y animar su esperanza. Los desastres naturales, como las enfermedades, son lo que Karl Jaspers llamaba “situaciones límite”, provocan “crisis existenciales” y son algo a lo que los humanos estamos permanentemente expuestos y que en muchas ocasiones no podemos ni preveer ni evitar, sencillamente los afrontamos y tratamos de “superarlos”, cuando esto es posible. Sin embargo, cuando un evento de este tipo nos impacta, sea una riada o un cáncer, invariablemente nos surgen sentimientos de dolor, tristeza, soledad y desamparo que en conjunto conforman el sufrimiento. Esta es su naturaleza tanto en nuestros pacientes como en los damnificados por la trágica riada de Valencia, y este es el principal reto que en el primer caso los profesionales sanitarios y en el segundo los responsables directos políticos y sociales tienen ante ellos: tratar de mitigar ese sufrimiento aplicando, cuando es posible, las habilidades técnicas pertinentes, pero, sobre todo, y esto es siempre posible, atendiendo a esa soledad, a ese desamparo y alienación que trae la tragedia. La única forma de hacer esto último es algo tan fácil y difícil a la vez como transmitirles nuestra comprensión, solidaridad y apoyo genuinos, mediante nuestra Presencia, es decir, nuestro estar ahí incondicional con ellos.

Por otra lado, esta Presencia para nosotros supone descubrir nuestra identidad, pero una identidad «sin forma», es decir aquella identidad que no va ligada a aspectos como la profesión, nacionalidad, raza o partido político, sino a nuestra común humanidad. Sólo desde estas actitudes se puede generar la confianza, la esperanza y la credibilidad indispensables para, en nuestro caso como sanitarios dar sentido y eficacia a nuestra labor terapéutica y sanadora, y en el caso de los responsables políticos revelar la autenticidad de sus promesas y actos y justificar el puesto que ocupan. 

De esta forma, en los cuatro artículos que conforman este número de Diciembre, abordamos el tema de La Presencia, o La Presencia Terapéutica (PT).

En el primero: El regalo de la Salud: El testimonio de Dieter”, a través del testimonio de un enfermo de cáncer (Dieter), se ejemplifica el poder terapéutico de la Presencia y es el punto de partida para una reflexión sobre su naturaleza y sobre los problemas que conlleva ignorarla: desamparo, soledad, miedo y también pérdida de confianza. 

Pero la PT tiene al menos dos aspectos conflictivos, por una parte, su definición, saber qué es, y por otra su reconocimiento en la práctica y, así poder reconocer los rasgos que nos permitan asegurar (si es que esto es realmente posible) su existencia en una relación humana (en nuestro caso en una relación sanitaria). Los dos artículos siguientes abordan ambos problemas: 

El titulado, “¿Qué es la Presencia? Una fundamentación antropológica: “La relación de Amistad Médica”, ofrece de manera sintética las bases antropológicas del tipo de relación en el que la PT ocurre. Concluye afirmando que esta relación entre sanitario y paciente, debe ser una relación marcada por la aceptación y el reconocimiento incondicional del sufrimiento del paciente, lo que exige al sanitario tener una mentalidad (una actitud) genuina que le lleva a considera al otro (al paciente) como un y no como un Ello (M Buber), es decir, como una persona. Esto es la “Amistad Médica” (Philia Medica) que P Laín definió hace ya más de 70 años y que hoy día se ajusta bien a lo que llamamos “Relación Centrada en la Persona”

Por otra parte,la PT no es algo que el sanitario deba “hacer además de lo que ya hace”, tampoco es algo que “se quita y se pone”. La PT es una mentalidad, una manera de ser del profesional sanitario, que desde fuera es difícil de reconocer…, como dice A Kleinman, “que a veces se reconoce más por su ausencia que por su presencia”.  En el artículo, titulado ¿Qué es la Presencia? Una aproximación práctica, Steve McPhee nos ofrece a través de un relato clínico un ejemplo comentado de lo que es la PT en la práctica clínica.

Finalmente, queremos también abordar el desafío que supone la “identificación y medida” de la PT. En una sociedad como la nuestra, y especialmente en la práctica clínica, si realmente queremos incorporar “algo novedoso”, tenemos que demostrar su eficacia. En el caso que nos ocupa, la PT, es algo que puede ser captado por el paciente, los familiares o el propio profesional, pero difícilmente por observadores externos. A pesar de ello, la PT es algo que puede ser objetivado. En Esbozo de una agenda investigadora sobre la “Presencia” y para clarificar qué es una Atención Centrada en la Persona, Roger Ruiz, nos sugiere que el reto de investigación que nos plantea la PT exige enfocar nuestros esfuerzos no tanto en investigar hechos sino en investigar acontecimientos, ocurrencias, lo que nos llevará también a obtener resultados de investigación que no tanto nos ofrecerán explicaciones sino que mejorarán y afinarán nuestra comprensión de las experiencias de los pacientes y señalarán formas de comunicarnos para acompañarlos mejor. En otras palabras, nos ayudarán a revelar esa otra verdad no empírica del encuentro clínico, y esto supondrá priorizar, mejorar y afinar las metodologías narrativas y hermenéuticas.



     

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