Noviembre 2022: Enseñar Gestión y Narrar
En Doctutor queremos mostrar el alcance que hoy por hoy tienen los enfoques narrativos en medicina. En el artículo que abre el número, “Estado actual de la medicina narrativa como herramienta de educación médica”, se ofrece una recopilación de algunos de los trabajos y revisiones realizadas en los últimos años sobre las intervenciones de Medicina Narrativa y que apuntan a que tales intervenciones contribuyen a que el estudiante o el médico adquieran perspectivas más integradas y holísticas del paciente y de sus relaciones profesionales, así como a una mayor capacidad de autorreflexión, incrementando sus habilidades de comunicación, en particular, una mayor empatía; crecimiento personal y profesional; y un mayor placer o disfrute por parte de los participantes en estas intervenciones, las cuales, como tales intervenciones pedagógicas, poseen en conjunto un modelo consistente y replicable de herramientas y estrategias docentes.
En esta línea hemos adaptado y resumido la interesante revisión de M. M. Milota, G. J. M. W. van Thiel & J. J. M. van Delden, publicada originalmente en Medical Teacher hace dos años, y en “Una revisión sistemática sobre la efectividad de la medicina narrativa como herramienta de educación médica” nos acercamos en la valoración de las estrategias pedagógicas propuestas en las publicaciones sobre medicina basada en la narración (MN), que se vienen aplicando sistemáticamente en el ámbito de la educación sanitaria. Los autores de esta revisión sistemática se centrán en artículos sobre intervenciones específicas de MN en la educación médica o en el desarrollo profesional continuado (FMC) de los médicos. De los resultados de esta revisión se puede concluir que las intervenciones de MN tienen un efecto positivo, medible y replicable en los estudiantes de medicina y podrían constituir una herramienta significativa para estimular su desarrollo profesional y personal. Tales intervenciones pueden estimular la autorreflexión y la empatía y pueden ayudar a los estudiantes a pensar en sus pacientes desde una perspectiva diferente, ayudándolos así a revisar sus nociones sobre la relación médico-paciente. Sin embargo, sin estudios longitudinales para verificar el impacto a largo plazo de las intervenciones en el aula de MN no se puede concluir inequívocamente que las intervenciones de MN darán como resultado profesionales médicos más comprometidos, empáticos y, en última instancia, efectivos en el futuro.
La colaboración de la pediatra hospitalaria Saba Fátima “En mis días difíciles, mis pacientes son mis héroes” es un buen ejemplo de narrativa clínica. El número se cierra con un artículo metodológico: “Metodología Docente: Taller de Gestión Clínica y Comunicación para Oncólogos” donde describimos los objetivos, contenidos y detalles de aplicación práctica que se desarrollaron en la modalidad de un taller docente de dos horas y media de duración para la formación en comunicación asistencial para la gestión clínica de oncólogos con este tipo de responsabilidades.