Cualidades para ser un buen docente sanitario

Resumen: La experiencia por sí sola no equivale a ser un buen clínico ni necesariamente a ser un buen profesor. Es la verdadera pasión la que capta la atención de los estudiantes y les deja una impresión duradera. El gran “maestro” es el que vive su trabajo y desde su experiencia sabe definir los conceptos más complejos, las teorías abstractas y traerlos a la tierra. Es posible que esto sea una cualidad que ha de estar ahí para después ser cultivada, pero que si no lo está previamente será difícil llegar a ser buen docente, aunque esto es así para casi todas las habilidades humanas.

Qualities to be a good health teacher

Summary: Experience alone is not equivalent to being a good clinician nor necessarily to being a good teacher. It is true passion that captures students’ attention and leaves a lasting impression. The great “teacher” is the one who lives his work and from his experience knows how to define the most complex concepts, abstract theories and bring them to earth. It is possible that this is a quality that must be there to be cultivated later, but if it is not previously cultivated it will be difficult to become a good teacher, although this is true for almost all human abilities.

En julio pasado el profesor Harden, intervino en la Jornada de Educación Médica que cada año organiza la Facultad de Medicina de la UCM y la Cátedra Lilly de Educación Médica que dirige el profesor Jesús Millán. La intervención de Harden versaba sobre un tema que preocupa cada vez más en el ámbito de la enseñanza de la medicina, era sobre los retos que deben afrontar los médicos docentes para enseñar medicina de una forma efectiva y adaptada a los escenarios cada vez más cambiantes y desafiantes que se plantean en la actualidad para un clínico. El horizonte era la agenda 2023-2033 y el título de su charla “El papel del scholarship en el repensamiento de la educación de las profesiones sanitarias”, aquí, el término inglés scholarship hace referencia no sólo al “profesor académico”, sino a cualquier docente clínico (tutor de residentes y estudiantes) en su necesidad de convertirse en un experto en enseñanza, como prerequisito para realizar una labor efectiva como docente, es decir una labor, con el residente o el estudiante que ayude a estos a afrontar esos retos nuevos que se plantean en el ámbito clínico y educativo.

En su charla, Ronald Harden repasó un total de 8 roles que para él debería desarrollar este profesor, a saber: el de académico propiamente dicho, el de profesional, informador, facilitador, modelo, evaluador, experto en el desarrollo curricular y el de gestor. La exposición de R. Harden se centró en los desafíos que exige una auténtica labor de scholarship para un docente en medicina, entre ellas, la necesidad de desarrollar una educación basada en evidencias, innovar en educación, investigar en educación y difundir esa investigación y sus propias experiencias educativas, reflexionar constantemente sobre su trabajo educativo, el cual debería desarrollarse paralelamente a una evaluación del mismo, para, finalmente tener como meta y objetivo final, la comunidad social a la que en el fondo se sirve. El profesor Harden dio algunos detalles sobre lo que implicaba desarrollar adecuadamente cada uno de esos puntos y sus dificultades; su experiencia en este ámbito es incuestionable y los docentes sanitarios deberíamos tomarnos muy en serio sus recomendaciones al respecto. La presentación que nos regaló el pasado julio en El Escorial fue todo un lujo, práctica, provocativa e inspiradora y representa un buen punto de partida para. En esta línea, la propia Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM), se encuentra trabajando en un proyecto que pretende precisamente clarificar los roles del educador médico con la idea de adaptarlos a nuestro entorno clínico y educativo. Yo mismo tengo el honor de encontrarme en este grupo de trabajo y como paso previo he querido preguntarme sobre las cualidades genéricas que un buen docente sanitario debería tener. Mi intención es ponerme un poco por detrás del trabajo reflexivo y destilado del profesor Harden, para indagar si es posible sobre cualidades digamos, bastante más genéricas o esenciales que las que el reputado profesor de Dundee nos ofrece. Para ello me he aproximado de una forma muy clásica, esto es, no le he preguntado a ChatGPT que me las diga, sino que, considerando al tutor clínico como eje central del aprendizaje en ciencias sanitarias, simplemente he introducido en Google, la siguiente búsqueda: “Que hace bueno a un tutor clínico”. Cuando busqué en Google esta pregunta, obtuve 1.790.000 resultados. Difícilmente digerible, sin embargo,  voy a presentar cinco cualidades genéricas del docente (clínico) en medicina que probablemente estén en la base de toda esa excelencia que como docente cualquier residente o estudiante sabe detectar. Estas son: 

1. Educación
2. Experiencia
3. Entusiasmo
4. Facilitación 
5. Excentricidad

La educación y la experiencia  sustentan la buena enseñanza. Es vital que los propios profesores, a través de un proceso educativo y una gran experiencia, comprendan bien el material presentado a los estudiantes y residentes. La experiencia por sí sola no equivale a ser un buen clínico, ni necesariamente lo convierte en un buen profesor. Un artículo publicado en el British Medical Journal analizó la cuestión de si la certificación mejora los estándares médicos (1). Citó una revisión sistemática de estudios y que encontró que más de la mitad (16 de 29 análisis en 11 artículos) mostraron asociaciones positivas y estadísticamente significativas entre la certificación y resultados superiores. Muchos años de experiencia clínica son útiles, pero deben equilibrarse con el mantenimiento diligente de las prácticas clínicas y docentes actualizadas. Uno de los placeres de enseñar a los estudiantes es el esfuerzo que requiere preparar un material actualizado y de buena calidad, que actúe como impulso para el propio desarrollo. Dicho esto, la base de conocimientos de un docente no debe limitarse simplemente a su propia materia, sino que también debería incluir la comprensión de las teorías del aprendizaje, por ejemplo, la teoría del aprendizaje de adultos, el aprendizaje autodirigido y la autoeficacia, y cómo incorporarlas en la práctica (2). Cada vez se reconoce más que los profesores clínicos se benefician al aprender a enseñar, lo que se refleja en un número cada vez mayor de cursos. 

Ninguna de las diapositivas de PowerPoint más elaboradas puede sustituir a un entusiasmo autentico y palpable. El entusiasmo es contagioso. La verdadera pasión capta la atención de los estudiantes y les deja una impresión duradera. Los profesores más apasionados estallan con un entusiasmo por su materia que no puede limitarse al aula, sino que se extiende al entorno clínico, proporcionando ejemplos inspiradores a seguir por sus alumnos. Los modelos a seguir tienen un papel que desempeñar incluso en la elección de la especialidad entre los estudiantes de medicina. Una encuesta realizada a estudiantes de medicina de una Universidad inglesa evaluó factores a la hora de elegir una carrera, clasificando la influencia de un modelo a seguir en el octavo lugar entre 25. Vale la pena señalar que la influencia de los modelos a seguir en este estudio fue significativamente más importante en los aspectos clínicos que en los preclínicos (3). Otro estudio utilizó un cuestionario, calificando los factores según su importancia en la elección de carrera, con estudiantes de medicina de tercer año en la Facultad de Medicina donde Ronald Harden es profesor, Dundee, en el primer día de su vinculación de una semana a las prácticas en otorrinolaringología. De los factores a clasificar, el docente como modelo a seguir ocupó el tercer lugar, después de la progresión profesional y el compromiso de guardias (4). Un cuestionario postal realizado a 236 estudiantes de último año de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins encontró que buenos modelos, independientemente de la especialidad o el género, eran uno de varios factores considerados para fomentar la elección de la especialidad (5).  Una pequeña encuesta telefónica ( n = 76) de estudiantes de tercer y cuarto año de una Facultad de Medicina, analizó lo que influía en su elección de especialidades quirúrgicas, y encontró que los estudiantes interesados ​​o atraídos por la cirugía tenían significativamente más probabilidades de haber sido alentados en su elección por un modelo a seguir que los estudiantes que no están interesados ​​o atraídos en modo alguno por la cirugía (6). Los modelos a seguir son claramente importantes, pero su impacto en la elección de carrera puede variar según las especialidades y si los estudiantes son clínicos o preclínicos.

“Cómo el entusiasmo a moldeado mi carrera”

Como estudiante de medicina de segundo año, la radiología me parecía una materia fascinante pero difícil. Había asistido a varias reuniones de radiología, sentado al fondo, sintiendo que sabía muy poco y temiendo que me hicieran alguna pregunta. Decidí que me gustaría aprender más sobre la especialidad y así emprendí un breve proyecto de investigación (que después utilice como mi TFG) para ver qué sucedía dentro de un departamento que supuestamente estaba “a oscuras” todo el día. Me adjudicaron un adjunto de radiología que me sugirió que estaría bien el que investigase sobre “cómo enseñaban los radiólogos la ecografía a los estudiantes de grado”. Pasé 4 semanas en el departamento tratando de aprender algo de ecografía, lo cual me pareció muy confuso. Todas las imágenes parecían diferentes tonos de gris y me resultaba difícil creer cómo alguien podía interpretarlas. Sin embargo, durante ese mes observé varias investigaciones y procedimientos, y me sentí muy privilegiado ya que los estudiantes de medicina en ese momento no tenían formación reglada en radiología. Fue el adjunto con el que estaba el que de una forma totalmente desinteresada me “cogió” y se dedicó a mi, podría decir que “en cuerpo y alma” enseñándome sobre cualquier cosa relacionada con la radiología y así me transmitió su entusiasmo por la especialidad. El fue el que me hizo descubrir que los radiólogos no se sentaban en un cuarto oscuro todo el día mirando una caja luminosa, y fue entonces cuando decidí convertirme en radiólogo. Después de graduarme, pasé algunos años haciendo medicina de familia, lo intenté de nuevo y finalmente obtuve una plaza para hacer radiología.

La capacidad para facilitar, es decir para hacérselo fácil al residente o al estudiante es otra de las cualidades. Albert Einstein decía «haz todo más fácil posible, pero no más simple» (7). En ninguna parte esto es más cierto que en la enseñanza. El gran maestro tomará los conceptos más complejos, las teorías abstractas y los traerá a la tierra, resucitando conceptos oscuros o aparentemente olvidados. El profesor verdaderamente malo puede hacer que los hechos más sencillos o simples pesen mucho en la conciencia de los estudiantes y compliquen sus ideas más básicas. Nunca se debe olvidar, que siempre es posible hacer que los hechos más interesantes y dinámicos se vuelvan secos, aburridos y carentes de interés con explicaciones complicadas.

Un sano y mesurado grado de excentricidad , puede resultar eficaz a la hora de transmitir hechos inolvidables. Todavía recuerdo, cuando era estudiante, a mi profesor de oftalmología saltando encima de la recepción y implorándonos que nunca nos olvidáramos del retinoblastoma. Esto, dijo, es todo lo que recordarán de mi clase. Tenía toda la razón; años después, ¡la importancia de detectar el retinoblastoma es lo único que todavía recuerdo de esa clase en particular!

Una última advertencia: tal vez exista una predisposición heredada a ser un buen profesor. Quizás la máxima «los que no pueden, enseñan» se traduciría mejor como «los que pueden enseñar, enseñan». Un famoso cirujano americano, con casi seis décadas de experiencia en la enseñanza clínica, Harold Ellis, dijo: ”enseñar… es algo que no se puede enseñar. Se pueden dar consejos y hacer que un buen profesor pueda ser brillante, pero no se puede hacer enseñar a alguien que no tiene el don de enseñar” (8). Así como algunas personas nacen más veloces o más fuertes, otras nacen como maestros naturales. Tal vez haya un componente genético, una especie de “don”.

1. Sutherland K, Leatherman S. Does certification improve medical standards? BMJ2006;333:439–441.
2. Kaufman DM. Applying educational theory in practice.BMJ2003;326:213–216.
3. Al-Nuaimi Y, McGrouther G, Bayat A.Modernising medical careers and factors influencing career choices of medical students.Br J Hosp Med2008;69:163–166 
4. Ranta M, Hussain SSM, Gardiner Q.Factors that inform the career choice of medical students: implications for otolaryngology.J Laryngol Otol2002;116:839–841.
5. Lillemoe KD, Ahrendt GM, Yeo CJ.Surgery – Still an ‘old boys’ club’? Surgery1994;116:255–261.
6. Erzurum VZ, Obermeyer RJ, Fecher A,etal.What influences medical students’ choice of surgical careers.Surgery2000;128:253–256.
7. http://www.quotedb.com/quotes/1360
8. Cross P. The essence of Ellis.BMJ Careers2007;335:197–199



     

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