Abril 2021: Evidencias de C(u)alidad en la educación y profesión sanitarias

En este número de Abril de 2021, Doctutor aborda varios aspectos que apuntan a la búsqueda de evidencias sobre la calidad de la educación y la atención sanitarias. Carta de una enfermera a los familiares de su paciente fallecido o la Atención Sanitaria como ejercicio de actitud virtuosa representa nuestro artículo central ya que creemos ejemplifica bien de que hablamos. Seguramente muchos de nuestros lectores conocen por los medios de comunicación la carta que una enfermera anónima que atendió a un paciente que murió sin sus seres queridos en los momentos más álgidos de la pandemia por COVID-19, envió a los familiares de este unos meses después. Nuestro artículo la retoma (y la reproduce en su totalidad), ya que este hecho ofrece un ejemplo real de lo que representa la “virtud profesional”, la cual tendría su origen en la necesidad personal del profesional sanitario de “ofrecerse” a su paciente, respondiendo así a su “vocación” y resaltando como técnica y habilidades de comunicación se subordinan a la actitud. En el ámbito de la enseñanza sanitaria esta carta resalta, por una parte, el poder de la narración clínica como medio para mitigar el agotamiento del profesional y por otro la necesidad de priorizar una enseñanza “ética” sobre una enseñanza “utilitaria”, destacando que sólo si se ofrece en este orden, se incrementa la eficacia de cualquier estrategia técnica a la vez que se dignifica al profesional que la ejerce.

Una vez más Augusto Blanco, médico de familia, nos ofrece en Quemamiento y Covid, una narración clínica que esta vez nos acerca a la cotidianeidad de una médica, en el acto íntimo de quitarse el “traje de faena” tras un agotador día de trabajo en medio de la pandemia, para vestirse de calle y volver a su hogar; la descripción que nos ofrece Augusto, delicada en sus detalles, sobre un acontecimiento tan aparentemente banal, nos resulta por ello, tan familiar que fácilmente todos nos reconocemos en esta compañera, y nos reconocemos no como orgullosos luchadores anti-Covid, sino como seres humildes, vulnerables, sencillos, servidores (¿sirvientes?) y a la vez, porqué no decirlo también, precisamente por esto, ciertamente prometeicos. El lector fácilmente podrá percatarse como la carta de la enfermera descrita en el primer artículo y el ritual de desvestirse para vestirse de calle de esta compañera son dos caras de la misma moneda.

Con el siguiente artículo, La Investigación Cualitativa en Educación Médica (I). La Posición Filosófica de la Investigación Cualitativa, iniciamos una serie de tres artículos que pretenden ofrecer el abc de una metodología de investigación que nos permite acercarnos a estos aspectos no empíricos de la realidad de la práctica y docencia clínicas.

Finalmente, Pedro Gargantilla en una nueva entrega de Filosofía y Medicina, nos presenta en El dilema del tranvía aplicado a la medicina, cómo los dilemas éticos o morales plantean las consecuencias directas y las indirectas de cualquiera de las acciones que un médico pueda tomar en su práctica, todas ellas acciones morales que en su versión más extrema pueden suponer la diferencia entre matar y dejar morir.



     

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