DEBATE: Aspirantes al MIR que renuncian a presentarse en la convocatoria 2020/21: ¿Considera justificada su postura?
Doctutor
Invitamos a nuestros lectores a manifestar su posición al respecto y ofrecer sus argumentos al final de este artículo en el apartado “Deja una Respuesta”
Parece que un número importante de aspirantes al examen MIR lo posponen para cuando acabe la pandemia. Según estos nuevos licenciados, “no merece la pena especializarse así” para defender esta postura aducen que ha empeorado el sistema de formación con sus colegas este año.
DEBATE: MIR applicants who renounce to appear in the 2020/21 call: Do you consider this position justified?
We invite our readers to express their position on the matter and offer their arguments at the end of the article in the section «Leave a Reply»
It seems that a significant number of applicants for the MIR exam are postponing it until the end of the pandemic. According to these new graduates, “it is not worth to take the specializing in this way” to defend this position, they argue that the training system with their colleagues has worsened this year.
El periódico online “El Confidencial” ofrece en un artículo algunos testimonios de estos aspirantes a MIR exponiendo las razones por las que no se presentarán al MIR en esta convocatoria.
https://www.elconfidencial.com/espana/2021-01-31/mir-examen-medicos-residentes-convocatoria-covid_2928355/
Decisiones de este tipo resultan polémicas porque más allá de las inmediatas razones que estos aspirantes puedan exponer, a primera vista, razonables si realmente se da el caso de que ese deterioro inadmisible de la formación está sucediendo, existen problemas de fondo que muestran que aspectos básicos de lo que significa ser médico pueden estar viéndose erosionados o al menos pueden estar sufriendo cambios significativos en la mentalidad de los residentes y la idea que estos nuevos licenciados tienen sobre esos aspectos claves, es decir sobre lo que significa ser médico y sobre los compromisos que debemos asumir los médicos como eje de nuestra misión. Muchos pueden pensar que ambos aspectos van ligados y que la exigencia de una formación dentro de los parámetros de calidad que nuestras instituciones formativas tratan de ofrecer es la condición sine quanon que hace posible asumir o no el compromiso social de los médicos.
En todo caso, esta situación llama la atención al menos sobre dos aspectos trascendentales para la profesión: la calidad de la formación que podemos ofrecer a nuestros residentes y el compromiso ético básico que supone el ser médico en nuestra sociedad y que asumimos cuando comenzamos los estudios de medicina.
Por otra parte, es indudable que posturas de este tipo ante situaciones como las que estamos viviendo en nuestros Hospitales y Centros de Salud señalan los graves peligros y las debilidades que tiene el sistema formativo MIR, el cual seguramente y de la misma manera que con el sistema sanitario, después de la pandemia tampoco podrá ser ya etiquetado “como el mejor sistema de formación sanitaria del mundo”, lo cual, sin embargo, representa una magnífica oportunidad para afrontar sus problemas y limitaciones (¡ya era hora!). Por ejemplo, el desastre que ha supuesto el proyecto de troncalidad, a pesar de ser un proyecto muy razonable, ante el problema que aquí surje puede ser recuperado y ver reforzada su necesidad. El papel adoptado por las sociedades científicas que, en gran medida, contribuyó al fracaso del mismo, debería ser re-analizado y el papel de las instituciones formativas y gestoras de ámbito estatal seguramente reforzado. En todo caso la pandemia y el tipo de consecuencias que está trayéndonos, es una buena oportunidad para sentar en una misma mesa a todos los protagonistas para la revisión de nuestro sistema de formación de especialistas.
En esta línea, Doctutor quiere aprovechar esta oportunidad y plantear como debate este asunto de la renuncia a presentarse al MIR por parte de algunos aspirantes, e invitar a sus lectores a argumentar sus posturas con las razones que se estimen oportunas. Invitamos pues a nuestros lectores a manifestar su posición al respecto y ofrecer sus argumentos al final del artículo en el apartado “Deja una Respuesta”
A continuación exponemos algunos de los argumentos que algunos de estos aspirantes exponen en el reportaje del El Confidencial y que ofrecen para justificar esta postura (en cursiva) junto a un comentario que trata de apoyarlo, rebatirlo o simplemente ofrecer alternativas (en negrita)
«Mis compañeros que sí cogieron plaza están perdiendo mucha formación porque solo están haciendo covid”.
“Además la medicina de familia ha desaparecido completamente»
Hacer covid es una necesidad asistencial, seguramente “la necesidad asistencial” del momento, además de una oportunidad única para aprender sobre un problema asistencial único y trascendente.
Es posible que la medicina de familia esté evolucionando y es seguro que ha tratado de adaptarse para ofrecer soluciones a los problemas clínicos planteados por la pandemia, ninguna especialidad es estática y menos las básicas como la medicina de familia. Habrá que optimizar sin duda los problemas, y en especial la sobrecarga burocrática con la que es golpeada esta especialidad.
«No sé qué haré, pero desde luego no estoy estudiando y me estoy planteando irme al extranjero»
Esta declaración asume que el deterioro formativo por la pandemia está sucediendo solo en España y no en los otros países de nuestro entorno, algo que no está demostrado.
«La base del MIR (médico interno residente) es que vas rotando por los distintos departamentos para aprender de todas las áreas de tu especialidad. Pero esto ahora ha saltado por los aires y ya no tiene sentido»
El problema aquí es que quizás no sea realmente eso la base de la formación MIR, sino que más bien sea el “aprender a aprender”, es decir adquirir la capacidad de detectar ante un paciente lo que debemos aprender como médicos o especialistas para ayudarle, sea el que sea tanto el problema de salud como el momento en el que este se presenta: ahora, durante el periodo de la residencia o durante nuestra posterior labor asistencial una vez acabado el periodo formativo formalizado (es a esto a lo que se llama long life learning, la habilidad fundamental del buen clínico). Para ello el sistema MIR se estructura permitiendo a los residentes ver como actúan los profesionales experimentados y atendiendo las necesidades de los pacientes en función de los problemas que estos presenten, con la oportunidad de acudir al profesional con experiencia que los tutela.
«Si hago el examen este año, que cae en marzo, me incorporaría en junio. Y aun siendo optimistas y suponiendo que en noviembre llegamos a un 70% u 80% de población vacunada, todos esos meses ya los he perdido»
Aquí este aspirante parte de un compromiso previo solo con un tipo de medicina, de especialidad, o de problema de salud, quizás también de órgano o incluso sexo o edad (de su futuro paciente)…el resto no parece importarle o no lo considera parte de su responsabilidad como médico,…si se dan las circunstancias que declara, claramente no parece afectarle el haberse perdido esos meses de aprendizaje sobre el problema generado por la pandemia. El problema que plantea apunta al mismo centro del “ser médico”.
«Nos ha afectado a todos, todo el mundo ha perdido formación este año y es especialmente grave para las habilidades prácticas: no puedes aprender a operar un apéndice con un libro, la experiencia en medicina es fundamental»,
Aunque efectivamente un MIR no aprende todas sus habilidades prácticas de su especialidad en los 4 o 5 años que dura su residencia, lo que si debe aprender es un conjunto de habilidades esenciales además de “el ser especialista en lo que sea”, algo que no se explicita en ninguno de los programas de ninguna de las especialidades. Sin embargo, sí parece importante aquí el que las Comisiones Nacionales de cada especialidad y las Comisiones de Docencia de cada Hospital, velen porque efectivamente los mínimos establecidos en cada programa de especialidad se cumplan.
«Hay muchas partes que tienen que aprender a operar, muchas rotaciones. Pero si te destinan a covid, por ejemplo, un mes puede que pierdas dos rotaciones. Y si hablásemos de un solo mes no sería tan grave, pero llevamos así desde marzo»
En cada hospital es preciso comprobar hasta que punto esto está teniendo lugar y los residentes están perdiendo rotatorios fundamentales. Lo anteriormente expuesto vale también para este comentario. En este caso las Comisiones de Docencia de cada Hospital deben analizar cada caso (y los responsables docentes de cada especialidad deberán previamente llevarlo a la Comisión) para articular soluciones adecuadas, que en muchos casos van a exigir la prórroga de la residencia hasta haber completado los periodos formativos esenciales faltantes
«Están quitando formación para cubrir puestos estructurales. Y encima no nos consideran como tal, sino como alumnos en prácticas»
Es necesario delimitar muy bien las responsabilidades de los alumnos de medicina o de otras carreras y las de los propios residentes. Una vez más este es un papel que a nivel local corresponde a las Comisiones de Docencia junto a las gerencias de los hospitales y áreas básicas de salud, las cuales estos meses tienen tareas extras con contenido de esta naturaleza que son de máxima trascendencia a la vez que deberían tener un especial celo para cuidar que las recomendaciones que puedan hacer se apliquen.
Además, sé de muchos compañeros que se han contagiado porque no los tratan bien: están amontonados, en habitaciones de descanso sin ventilar… Es la suma de muchos factores»
He aquí por ejemplo sobre otra de las tareas importantes que es preciso que no solo los órganos docentes y gerentes de los Hospitales sino otras instituciones de mayor ámbito (Colegios Médicos, Sociedades Científicas,…) deben velar de una forma rigurosa y prioritaria. La SEDEM abordó precisamente el problema de la seguridad de los estudiantes en un webinar mantenido el mes de Octubre pasado.
«Te sacan de tu formación para llevarte a primera línea, con más guardias, más horas, más responsabilidad y sin nada que compense»,
Parece de justicia, que ante exigencias extraordinarias se ofrezcan incentivos si no extraordinarios si especiales. Se deben ofrecer a cualquier personal que traspasa el límite de su responsabilidad formal y entre ellos el residente también (en muchos casos el mero hecho de ser residente le excluye de estos incentivos)
«Los tutores de los MIR no pueden estar tan pendientes de ayudarlos en su formación por la saturación del sistema»
La figura del tutor está especialmente afectada en situaciones como esta. Ya en situaciones normales es difícil conseguir tutores motivados y que se den a los residentes. Las condiciones extremas que genera la pandemia sin duda afectan a la formación de los residentes por esta vía, lo que debe ser un argumento de peso para reforzar la labor de los tutores clínicos.
«Viendo todo este panorama y que lo que predomina es el egoísmo por parte de la población y la desidia y la mala fe por parte de unas administraciones que nos quieren sumisos y explotados, considero que lo mejor es pensar en uno mismo y en los míos, ser egoísta y empezar la residencia en mayo de 2022, cuando la situación pandémica ya esté teóricamente más controlada. ¿Que faltan médicos? No es mi problema. Haberlos tratado mejor y no se habrían ido»
Debemos aprovechar este tipo de afirmaciones como constatación de la existencia de un malestar importante entre los recién licenciado y los residentes que es preciso abordar sin demora entre todos los implicados
Creo que la razón última es que el año no se les presenta muy docente , por covid y los pueden contratar para reforzar covid con sueldo de adjunto, aprenden a manejar covid y cobran más, el año siguiente cuando puedan aprender lo que les toca por especialidad ya serán residentes.
Poniendonos en el lugar del estudiante y del residente es normal que se planteen estas cuestiones. Están confusos , desilusionados, cansados y con enfado . Es comprensible, es lo que ven también en nosotros, sus tutores , que no olvidemos somos sus modelos. Esta crisis ha puesto de manifiesto las graves carencias de todos los sistemas , del sistema sanitario , que no puede desligarse del social ,ecológico politico y económico. En mi experiencia en momentos de crisis lo primero que se presciende es de la formación y compartir el conocimiento ya que aunque se dice que se considera esencial ,en la realidad no se le da importancia prioritaria .
¿Que podemos hacer para cambiarlo ? Creo que, además de seguir trabajando para dotarle de recursos, cambiando de paradigma de una docencia basada en la enseñanza a una docencia que tenga como objetivo ayudar a «aprender a aprender» lo que nos servirá a adaptandonos a las nuevas situaciones, a esta pandemia y a las que lleguen.
Gracias
Saludo cariñoso, me alegra y da esperanza este tipo de debate. Y «a vuela pluma» lo primero que pensé al leer esas declaraciones fue ¿qué idea/s tienen nuestros licenciados sobre lo que significa «ser médico»?. Y me viene alquella anécdota sobre el que visita a una persona en su casa y al ver un piano en el salón «presupone» que sabe tocarlo. Algo asi hemos querido pensar sobre nuestros estudiantes de medicina. No tengo claro que se aprovechen las oportuniddes que te dan los años de facultad para analizar cómo puedo ayudar al paciente que tengo/tendré delante, ¿solo quiero operarle? o tambien quiero cuidarle, acompañarle, escucharle, informarle, etc. Y siento que esta pandemia nos invita a recuperar la reflexión en torno a aspectos tan importantes como la vocación y la parte etica de nuestra profesión. Gracias
Quizás si yo estuviese en esa etapa de la vida en la que está uno cuando termina la carrera, estaría igual que nuestros colegas, pero después de 30 años ejerciendo como especialista, dedicada a la docencia gran parte de este tiempo, mi visión es diferente.
La vocación por la medicina, en las facultades, se ha ido perdiendo a lo largo de todos estos años. Antes el que tenía vocación podía estudiar medicina, ahora, solo el que tiene una nota, muchas veces inalcanzable.
Muchos entran en la facultad buscando una formación para tener trabajo después, sin conocer lo que de verdad significa ser médico, lo que es ser profesional de la medicina. El compromiso con la sociedad nos obliga a atender esta situación de pandemia y no sabemos cuándo terminará, o si después de esta vendrá otra y otra; tenemos que adaptarnos a esta situación y manejar esta incertidumbre como la manejamos todos los días en nuestro trabajo.
Ciertamente la formación especializada se ha visto afectada, sobre todo en el área quirúrgica, pero quizás sea el momento de innovar, buscar nuevas maneras de solucionar las necesidades quirúrgicas con otro tipo de intervenciones que precisen menos a tiempo de ingreso o ingreso en unidades de cuidados intensivos.
La medicina Familiar y Comunitaria, ya estaba necesitando un cambio, quizás sea el momento de buscar cómo mejorarla, como adaptarla a las necesidades actuales de la población. Ahora es momento de apoyarla, no de huir de ella, nuestros compañeros necesitan ayuda desde especializada, habrá que buscar otras fórmulas de colaborar con ellos, están realizando un magnífico trabajo y vemos como se van a adaptando a las circunstancias rápidamente con gran profesionalidad.
Ciertamente, en estos años hemos asistido a un desmantelamiento de la sanidad pública, ahora toca luchar para volver a darle su lugar, con las dotaciones económicas y de personal, necesarios dando así respuesta a las necesidades actuales de la sociedad.
En otras especialidades, seguimos trabajando normalmente y además asumimos el trabajo extra que supone la Covid-19, es nuestro trabajo.
El tratar a los profesionales en formación como estudiantes, es fruto de la ignorancia de cómo es el proceso de formación sanitaria especializada, entiendo el malestar que puedan sentir nuestros recién licenciados, pero no es la visión que tenemos la mayoría de los que nos dedicamos a la docencia, el respeto a nuestros colegas en formación es la base de la relación en la nueva etapa de formación, de educación profesional, que abarca además de los conocimientos y habilidades para la asistencia, otros aspectos fundamentales como los valores de la profesión, el papel del médico en la comunidad y las responsabilidades de la profesión para crear un sistema de atención sanitaria mejor y una sociedad más saludable. Y entono el mea culpa, porque no dejo de pensar que quizás, no hemos sabido transmitir a nuestros residentes esos aspectos de la profesión, tan importantes.
Esta noticia me resulta alarmante. Si un aspirante a ser médico no entiende que se encuentra ante una oportunidad única de aprender de lo nunca visto, es que algo no ha funcionado en el proceso educativo y, probablemente, también puede que sea el reflejo de los valores de una sociedad del estado del bienestar, débil, individualista y ajena al bien común. Las pandemias siempre han desequilibrado a las sociedades, pues no hay soluciones escritas para lo desconocido. Pero la medicina siempre ha dejado y seguirá dejando lo mejor de la profesión; son situaciones excepcionales donde se dan comportamientos y respuestas excepcionales, abriéndose oportunidades no escritas.
Desde el grado, quizás no se ha abordado en profundidad la identidad profesional, lo que significa “ser médico”, el profesionalismo, enfocándose la formación en un clásico modelo científico-técnico (medicina industrializada) con escaso peso de las humanidades médicas. En el contexto laboral, quizás los futuros profesionales observan las contradicciones entre cómo hay que practicar la profesión (currículum formal) y cómo se practica (currículum oculto); ello puede ser el germen de una desconfianza ante un contexto laboral que, a priori, pueden considerar hostil.
“Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste” (frase de autor anónimo). La construcción de un profesional se basa en enfrentarse a los problemas de la realidad de la vida, donde la práctica clínica habitual requiere profesionales capaces de abordar una complejidad creciente llena de incertidumbres. Los formadores hemos de preguntarnos si la meta final es formar profesionales para “ser médicos” (la profesión) o “hacer de médicos” (la función).
Gracias
Realmente sorprendida por esas afirmaciones de los preMIR. Creo que el esfuerzo que la preparación del MIR supone, no puede echarse por la borda por esta situación…¿queremos aprender y practicar Medicina o una Medicina ajena a lo que afecta a la población, aquí y ahora? …Antiguamente, los que fallecían del «mal del costado»…eran muchos hasta que a alguien se le ocurrió abrirles el abdomen, en contra de lo que mandaban las ideas de la época…En esta etapa estamos aprendiendo también sobre algo nuevo, a pesar del cansancio y presión que supone.
Creo que justamente no es la MF la especialidad más afectada en cuanto al aprendizaje, hay mucho que atender en cada persona y sus próximos…infeccioso y no infeccioso, malestares de todo tipo…y nos compete. Desconozco si las especialidades quirúrgicas se ven muy afectadas…pero no todos los MIR desearán hacer Cirugia…Y como dicen los compañeros más arriba, estamos dando lo mejor en cada una de las áreas que toca trabajar.
Otro tema que puede ser de interés es la distancia que la pandemia está forzando entre compañeros. Los nuevos MIR no pueden conocerse (salvo en las guardias), no hay reuniones de ingreso en los Equipos, ni en su toma de plaza…es bueno compartir y saber de los otros en esa etapa…y ello puede repercutir. Sí animaría a cuidar ese aspecto. Crecer juntos es importante…compartir las dificultades y comentar los avances…GRACIAS, avancemos…
Las preocupaciones de los futuros residentes parecen normales en la situación actual. Pero no puedo estar de acuerdo con la afirmación sobre la desaparición de la medicina de familia. No es cierto. La medicina de familia está más presente que nunca. Seguimos atendiendo a los pacientes en consultas, en sus domicilios, por teléfono. Seguimos resolviendo problemas de todo tipo en el ámbito de nuestra especialidad: hipertensión, diabetes, EPOC, asma, enfermedades del oido, de los ojos, musculoesqueleticos, cardiovasculares, nefrourologicos, de salud mental, etc. para lo cual seguimos precisando de la necesaria exploración física, de las pruebas complementarias, de la ecografía, el dermatoscopio, las técnicas de cirugía menor, las infiltraciones, etc. No es verdad que hayamos dejado de hacer nada de esto. Además hacemos covid 1 o 2 días a la semana. Pero el resto del tiempo seguimos trabajando como siempre. Seguimos haciendo docencia pregrado de medicina y postgrado de medicina de familia. Y en muchos centros ya hacemos sesiones via zoom 2 o 3 veces a la semana. No utilicemos la excusa de la pandemia para desprestigiar nuestra especialidad. Todo lo contrario. Se ha revalorizado. Y lo demás: la burocracia, el desprestigio en los medios, el desprecio de algunos politicos, etc, pasará. La medicina de familia no.