Diciembre 2018: El camino de la madurez clínica

En este número de Diciembre 2018 reunimos las colaboraciones bajo el epígrafe de “El camino de la Madurez Clínica”, ya que todos y cada uno de los artículos presentados nos ofrecen algunas claves de lo que significa ese camino y de cómo podemos avanzar por él. Primero, “Asumiendo la incertidumbre de la medicina”, es un original de investigación cualitativa realizado en la Universidad Francisco de Vitoria con estudiantes de 4º de medicina apunta la hipótesis de que asignaturas de contenido integrador como la Comunicación Asistencial enseñada con metodologías experienciales, revela unas creencias personales de los alumnos sobre lo que es el conocimiento bastante más complejas y sofisticadas que el que se puede suponer derivado de la lógica reduccionista y simple inherente a los protocolos cientificistas, lo que implica que estos estudiantes asumen en cierta medida la incertidumbre implícita en la práctica clínica. El Dr Manuel Campiñez en “El paciente que no nos gusta. Riesgos éticos”, incide en esta misma línea en lo que significa y supone una “situación difícil” (“paciente difícil” si se quiere) para un médico en la consulta, la necesidad de una “madurez ética” para afrontarla con éxito. Comentamos una novedad editorial de gran interés en este sentido, como es el libro de Ronald EpsteinEstar Presentes”, en él a través de testimonios propios, su autor nos ofrece elementos para incrementar nuestro autoconocimiento para practicar una medicina más satisfactoria y fomentar la resiliencia. Finalmente Javier Ramírez Santos con “Los agujeros de voz” nos acerca a la historia real que es la práctica clínica y su enseñanza a sus aprendices, en una narrativa atropellada y sorprendente pero a la vez precisa y original, que muestra la desorientación de un aprendiz ante un tipo de práctica.

     

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