500 partos: criterio para acreditar Centros Formativos en Primaria
Resumen: Reproducimos aquí íntegramente la carta que una jefa de formación de profesionales sanitarios de primaria envía a la Comisión Nacional de la Especialidad denunciando la irracionalidad de unos criterios de acreditación de centros para la docencia que priorizan un modelo asistencial hospitalocentrista y pura y duramente cuantitativo en detrimento de indicadores de calidad propios de este ámbito que enfaticen la calidad de la asistencia a una población con características muy bien definidas y diferentes al tercer nivel. La falta de sentido de estos criterios es denunciada aquí y sus consecuencias son, entre otras, el estar apartando de la docencia a centros de reconocido prestigio en el ámbito asistencial de la Atención Primaria
Covadonga López Truébano. Jefa de la Unidad de Atención Familiar Y Comunitaria. Principado de Asturias
A los miembros de la Comisión nacional de Medicina de Familia y Comunitaria:
Durante el proceso de reacreditación de esta Unidad Docente (Asturias) nos hemos encntrado con una serie de dificultades que creemos merecen una reflexión por parte de la Comisión. Básicamente los problemas surgen de tres circunstancias:
1. La aplicación estricta de criterios numéricos absolutos referidos a la actividad asistencial de algunos servicios hospitalarios sin relacionarlos con el número de residentes de dicho hospital. ¿Por qué la cifra mágica de 500 partos anuales? A cualquiera se le alcanza que 300 partos anuales para un colectivo de 12 residentes supone mayor actividad asistencial que 3000 partos para un colectivo de 200 rotantes (entre residentes de varias especialidades, incluidas especialidades de enfermería, estudiantes, Erasmus, masters y demás…). El mismo razonamiento es aplicable al número de urgencias, ingresos, etc.
2. El cálculo d ela capacidad docente por parte de la dirección de Ordenación Profesional según unos parámetros difícilmente comprensibles ¿Qué motivo justifica que un hospital con 16 plazas acreditadas pase a tener 12 cuando la última acreditación en marzo de 2011 han aumentado los recursos humanos y materiales y los índices de actividad y no se ha incrementado la oferta formativa para otras especialidades?
3. La evaluación centrada en el hospital: ni medicina de familia ni enfermería familiar y comunitaria son especialidades hospitalarias. El lugar indicado para que los futuros especialistas adquieran las competencias establecidas en sus respectivos programas son los Centros de Salud. Las rotaciones en los servicios hospitalarios o en otros dispositivos son rotaciones de apoyo en la adquisición de competencias, y tanto los tutores como la Unidad Docente están perfectamente capacitados para detectar y solventar las carencias formativas que pudieran presentarse.
El resultado final ha sido la exclusión de la mayor parte de los hospitales comarcales y sus centros de salud asociados ( a los que no se pone ninguna objeción), de la red de formación especializada, algunos de ellos por incumplir el único indicador del número anual de partos: no se ha valorado ni la calidad de la docencia, ni las actividades que realizan, ni la satisfacción de los residentes ni ningún otro indicador. Por poner un ejemplo, las Areas Sanitarias I y II, a las que se ha denegado la reacreditación, acaban de obtener elk primer y segundo premios al mejor Proyecto en Seguridad del Paciente, Gestión Clínica y Calidad que reconoce anualmente el SESPA. Pero tienen menos de 500 partos anuales…
Todos los implicados en la docencia de esta especialidad sabemos que estos hspitales con plantillas jóvenes, motivadas e innovadoras, sin otros residentes que los de AFyC y con excelentes resultados en continuidad asistencial, atención a la cronicidad y cuidados paliativos, ofrecen unas posibilidades formativas que no existen en los hospitales universitarios de tercer nivel. Es posile que la situación no pueda generalizarse, pero los hospitales comarcales del Principado de Asturias cuentan con excelentes instalaciones, buenos profesionales, trabajan en red con centros de segundo nivel y desarrollan una intensa actividad en las áreas de calidad, implicación comunitaria, investigación epidemiológica y salud poblacional: es decir, entodo aquello que precisa la formación de especialistas en Atención Primaria destinados a trabajar para una población envejecida, con múltiples patologías crónicas y bajo índice de natalidad y que difícilmente pueden ofrecer los grandes hospitales, mucho más orientados a la innovación científica y tecnológica.
Somos conscientes de que definir criterios de acreditación excede nuestras competencias. Por eso mismo rogamos encarecidamente a esa Comisión que revise los actuales o su aplicación estricta, porque esta y otras Unidades Docentes coincidimos en la apreciación de estar perdiendo excelentes dispositivos para la formación de especialistas en Atención Primaria en beneficio de centros de tercer nivel. Y si verdaderamente queremos evaluar la calidad docente, no parece que indicadores brutos de actividad asistencial sea el método idóneo para hacerlo.