En busca de un Consenso Iberoamericano sobre Competencias Comunicacionales en Medicina: el Proyecto CCCC

Cristina García de Leonardo

Universidad Francisco de Vitoria (Madrid)

En los últimos años la importancia de la enseñanza y la evaluación de las habilidades de comunicación en la educación médica de grado ha sido reconocida en muchos países del mundo como un objetivo docente esencial para los graduados en medicina y otras profesiones sanitarias.  Más recientemente, además de esas habilidades comunicacionales, se han identificado también otras de naturaleza inter e intrapersonal (trabajo en equipo, desarrollo personal y profesional, abordaje de la incertidumbre, etc) para este tipo de graduados. También en los últimos años, en algunos paises de habla hispano-portuguesa estas competencias han empezado a integrarse en la enseñanza de la medicina si bien en extensión variable y de forma desigual.  Por ejemplo, en el ámbito del grado, el Ministerio de Educación español establecía los requisitos de los planes de estudio para habilitar al ejercicio de la profesión médica, y definía en siete grandes bloques las principales competencias que los estudiantes deberían adquirir, resaltando entre ellos y al mismo nivel que, por ejemplo, las competencias clínicas, la “habilidades de comunicación” y determinadas “habilidades sociales”.

En el ámbito de la formación especializada, la incorporación de las habilidades inter/intrapersonales en los programas de las distintas especialidades ha sido más precoz en algunas disciplinas como las de medicina de familia o psiquiatría, y solo recientemente se han incorporado a otras, si bien con un grado de definición y alcance muy variable. Donde estas habilidades se están ya enseñando y evaluando, su contenido y cantidad es aún muy dispar y no existen criterios de homogeneidad entre las diferentes escuelas.

La importancia de desarrollar unos criterios comunes en cuanto a objetivos docentes en habilidades inter/intrapersonales descansa, como en el resto de las competencias médicas, en la necesidad de  garantizar la comparabilidad entre distintas instituciones de enseñanza y su compatibilidad para la formación académica de grado.  Todo ello debe proporcionar una mayor flexibilidad entre los diferentes programas y fomentar una mayor capacidad para el intercambio de estudiantes y docentes entre los diferentes países.

En lo que respecta al ámbito europeo, lo anterior ha representado uno de los objetivos prioritarios de la denominada “Declaración de Bolonia” para muchas de las distintas profesiones sanitarias.  Simultáneamente ha ido ganando aceptación un enfoque basado en competencias o resultados de aprendizaje (learning outcomes) ampliando la definición de los objetivos educativos desde una declaración sobre conocimientos a una definición de competencias. En el momento actual, un requisito previo incluso para el desarrollo de unos propios marcos nacionales de competencias en la educación médica, puede ser la definición de un  marco supranacional de base cultural que integre en una visión homogénea, coherente y amplia, un Currículum Nuclear en Comunicación asistencial, un “Core Curriculum de Competencias Comunicacionales” (CCCC).

El proyecto se enmarca en la línea de recientes iniciativas similares aparecidas en Reino Unido (2008), en países de habla alemana (2011) y para todo el ámbito europeo desde el grupo t-EACH (2013), que suponen ya declaraciones consensuadas con diferentes propósitos y alcances, pero con el objetivo común de definir los contenidos de la “buena práctica” en materia de relación médico-paciente en el contexto del encuentro clínico ,y de servir de base para su uso en la planificación, diseño de programas docentes y evaluación de la comunicación asistencial.

En el momento presente no existe ninguna declaración comparable a las tres anteriormente detalladas en los paises de habla española y portuguesa (toda Iberoamérica, Portugal y España). El objetivo del presente proyecto es precisamente el desarrollar y alcanzar un consenso entre expertos de estos países que defina que habilidades y competencias comunicacionales inter/intrapersonales deberían adquirir sus graduados médicos al final de sus estudios.

La metodología elegida para este proyecto es la de un consenso Delphi modificado en dos rondas (no presencial).  Para ello un Grupo Impulsor,  en base a una revisión bibliográfica, desarrolla una propuesta inicial de la batería de ítems que pasa a ser analizada por un Comité Científico Internacional de 14 miembros procedentes de España y otros 6 países iberoamericanos.  Tras ello se  selecciona un Panel de Expertos internacional, con nuevos expertos procedentes de las redes de contactos profesionales de cada uno de los miembros del Comité Científico.  Se eligieron 51 miembros procedentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú y Portugal, mediante una técnica de muestreo en bola de nieve (snow ball sample).

La validación del grado de consenso alcanzado por el panel se efectúa mediante el método Delphi modificado en dos rondas, sobre un cuestionario estructurado en formato electrónico.  Entre ambas rondas, los panelistas fueron informados de la distribución detallada de las opiniones del grupo en la primera encuesta. Tras revisar esta información, se les solicitó una nueva valoración de los ítems no consensuados en la primera ronda.

Con los resultados del análisis estadístico final del cuestionario Delphi, se redactará una propuesta de consenso sobre objetivos de aprendizaje para un CCCC en la educación graduada médica de ámbito iberoamericano.

Parece importante resaltar que el alcanzar un CCCC como el que con este proyecto se pretende, no debe suponer sin embargo el asumir que las facultades de Medicina participantes en el mismo o interesadas en incorporar sus aportaciones lo hagan mediante una incorporación literal y automática de sus contenidos. El disponer de un CCCC debería de servir para que cada facultad decida en función de sus características propias y del perfil del tipo de egresado que ha declarado, qué objetivos de aprendizaje o competencias presentes en el mismo, desea específicamente que sus estudiantes adquieran durante los 6/7 años de estudio, para así incluirlos en su propio plan docente y definir los métodos didácticos y evaluativos a aplicar. Esto supone un proceso particular de selección y adaptación del CCCC resultante de este proyecto por parte de cada facultad, como prerrequisito imprescindible para que facultades concretas lo hagan realmente suyo.

     

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