El reto del mes: El desafío de la tecnología y el papel del clínico/generalista
El hecho de que la seguridad del paciente sea actualmente un área de interés prioritario en nuestra sociedad actualiza el debate sobre la falibilidad del enfoque individualizado e intuitivo que realiza el médico clínico (sobre todo el generalista) frente al de una atención superespecializada y automatizada. Por ejemplo, las computadoras se equivocan menos al interpretar ECGs que un especialista en la materia, clínicas especializadas en intervenir hernias reducen más costes y tienen mejores resultados clínicos que los que obtiene un cirujano en cualquier otro hospital. Le invitamos a que participe en este debate contestando a las siguientes preguntas:
1. ¿Cree que se puede reemplazar por máquinas una parte importante del trabajo diagnóstico terapéutico de un médico? ¿Qué parte sería esta?
2. ¿Cree que hoy dia necesitamos seguir ofreciendo a nuestros estudiantes y residentes una preparación clínica completa, o simplemente solo sería necesario aprender algunas reglas y practicar una y otra vez ciertos procedimientos?
1. Más que reemplazar, creo que se pueden complementar, pero siempre con la supervisión personal del médico.
2. Pienso que la preparación clínica debe ser lo más completa posible, lo que no quiere decir que sea como se está haciendo. Debería basarse más en los problemas frecuentes.
1.- El profesional junto con el paciente siguen siendo los protagonistas fundamentales del proceso terapeútico y la base de la elaboración de la historia clínica y, dentro de este proceso, el profesional debe valorar de manera integral al paciente, es decir, el componente físico o biológico, el psicológico y el social. Todos, para conseguir mejorar su binestar y su Calidad de Vida.
2.- Estimo que se pueden utilizar las diversas herramientas diagnósticas y de tratamiento en la parte de valoración objetiva y cuantitativa para aportar evidencias. Es decir, despues de escuchar al paciente y cuando existe la necesidad de pruebas que validen la información subjetiva del paciente (síntomas).
3.- La aportación complentaria de las máquinas puede evidentemente mejorar la Calidad Asistencial y la Seguridad del paciente (primun non nocere.
Las máquinas nos cambian la vida. Yo estoy esperando que el coche conduzca por mi, pero es posible que antes se acabe la gasolina.
Si las máquinas lo hacen bien, lo harán, pero siempre habrá algún imprevisto no resuelto, digo yo, nuevas necesidades, compañía para tomar decisiones, consuelo, sentarse en la cama, mirar a los ojos, pacientes maniáticos y rebeldes, el misterio…, o compañero robot si humanizamos a la máquina.
O es posible que al final no haya gasolina para todo.
Ya veremos. Yo seguiría formando personas, médicos/sanitarios, y de familia.
Creo que el sentido común debe dirigir las actuaciones: debemos estar abiertos a las nuevas tecnologías para aprovecharnos de ellas, debemos manteneruna actitud crítica sobre nuestras actividades rutinarias para eliminar aquellas que han perdido utilidad, pero todo dentro de la individualización de atención lo que incluye valorar y respetar las peculiaridades del paciente y la respuesta adecuada, tanto desde el punto de vista científico como psicológico.
Si por «diagnóstico» entendemos CONOCIMIENTO exacto de una SITUACIÓN, es obvio que algunos procedimientos mecánicos son muy adecuados: a ver qué «auscultador» puede determinar el área de apertura de una mitral, qué «palpador» sabe cuánto mide una metástasis intrahepática, qué «olfateador» establece el nivel de azoemia, etc.
Los métodos llamados complementarios, obviamente, se irán refinando más y más, para eliminar al máximo la subjetividad inter-observador. Un ejemplo serían los lectores automáticos del ECG, a cuyo «diagnóstico» fiamos, sin ir más lejos, los desfibriladores.
Sucede, sin embargo, que el TRATAMIENTO va más allá del puro diagnóstico «situacional». Frente a una fibrilación auricular demostrada por el lector automático, el médico puede sugerir esto o lo otro, y ¡atención!, el paciente puede aceptar aquello o lo de más allá. Ahí radica el intríngulis de la Medicina: en la entrevista médico-paciente. Ahí están las barreras culturales, los miedos, las incertidumbres, las circunstancias sociales, los condicionantes financieros, las interacciones farmacológicas, la pluripatología, la opinión de los colegas, etc.
¿Es imaginable una «máquina» capaz de tomar en consideración todos esos elementos de juicio, y capaz de comunicarse con el paciente de forma cortés, comprensible y flexible? Lo dudo, aunque no siendo experto en inteligencia artificial podría estar equivocado.
Sugiero, como ensayo preliminar, que le pasen la «máquina» a las prediccciones del FMI y a los sumarios garzonescos. Si funciona, ya pensaremos en reemplazar a algunos médicos, en especial a los más ariscos, fríos e insensibles.