El ejemplo de Machado.

Fernando Leiva Cepas, anatomía patológica, Córdoba

En estos días aciagos, me acuerdo mucho de Machado. El poeta universal escribió en sus últimos momentos algo alegre: estos días azules y este sol de la infancia. Alguien enfermo, fuera de su patria, que se desangraba, pudo poner sobre un papel raído colores de luz (azul y sol). ¿Por qué hoy en día sólo contamos cosas tristes? ¿Por qué ante esta pandemia contamos los muertos más que los sanados? ¿Por qué no mencionamos a la gente que como Paco y Antoñita tienen 81 y 83 años respectivamente, llevan más de 50 años casados, no tienen hijos y los dos han salido a flote en un hospital de provincias? Sólo han necesitado tiempo. La historia de esta pareja es fascinante, pese a su sencillez. Paco se puso con fiebre el 13 de marzo, y aconsejado por su Médico de Familia, se quedó en casa. Antoñita, no entendió, o no se le supo explicar, que tenía que evitar el contacto con su querido Paco. 8 días después, los dos estaban con fiebre alta y solos. Nunca pudieron tener hijos, y los sobrinos que quedan tienen tanto miedo a contagiarse, que mejor no pasarse por su casa. 10 días después los dos tuvieron que ser ingresados. Paco suplicó a todo el personal sanitario que al menos, pudieran estar juntos en la habitación, y que acercaran las camas, para que pudiera tocarle la mano a su Antoñita.

Ha pasado más de una semana en el hospital, y son el ejemplo de la esperanza y la lucha entre los trabajadores del centro. Ellos se miran como si llevaran cuatro semanas saliendo, hablan con dulzura y calidez, tratan con respeto. Saludan a diario y dan las gracias. No van a salir en vídeos llenos de aplausos, sin embargo, su actitud con ellos y para con los demás, merece aplausos. Pronto llegará el confinamiento hospitalario a su fin, y tendrán que someterse al confinamiento general. Machado, en el fin de sus días eligió la sencillez personal y literaria. Quizás fuese ahora el momento de elegir el ejemplo de Machado, Paco y Antoñita.



     

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1 respuesta

  1. M Pilar Arroyo dice:

    Coapañero, Fernando…felicitarte.
    Realmente esa historia no debía quedar en el anonimato…Son las cosas bonitas que conviene rescatar en este periodo oscuro.
    GRACIAS

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