Una pregunta sorprendente

Francesc Borrell Carrió. Médico de Familia. Profesor Departament Ciències Clíniques. UB. Miembro CBC

Resumen: Esta colaboración, llama la atención sobre un hecho muy polémico de la actualidad de la educación médica, que ha levantado entre una parte de la profesión críticas e indignación, como es una de las preguntas incluidas en el examen MIR de este año. Esta pregunta estigmatiza a un médico de familia que acude a su consulta y donde, independientemente de otros aspectos, cabe deducir que sufre, pero con  el que una gran mayoría de profesionales se pueden sentir identificados, pues este médico acaba a deshora, llega tarde a la sesión clínica porque cuando todos han acabado él aún tiene  pacientes…las opciones de respuesta son todas alteraciones mentales del médico…¿somos todos obsesivos-compulsivos, o son las condiciones laborales en primaria que nos llevan a perder la salud mental? En todo caso se trata de una pregunta que claramente disuade a los opositores de elegir la medicina de familia como opción de trabajo. El autor da un giro a la situación presentando una pregunta alternativa esta vez sobre un gerente como protagonista. La polémica está servida.

A Surprising Question

Summary: This collaboration draws attention to a very controversial fact in current medical education, which has raised criticism and indignation among a part of the profession, as is one of the questions included in this year’s MIR exam. This question stigmatizes a family doctor who comes to his office and where, regardless of other aspects, it can be deduced that he is suffering, but with whom a large majority of professionals can feel identified, since this doctor finishes at the wrong time, arrives late to the clinical session because when everyone has finished he still has patients…the response options are all mental disorders of the doctor…are we all obsessive-compulsive, or are it the working conditions in primary care that lead us to lose our mental health? In any case, it is a question that clearly discourages examiners from choosing family medicine as a career option. The author gives a twist to the situation by presenting an alternative question this time about a manager as the protagonist. The controversy is served

El examen MIR ha  ofertado 8.772 plazas para 46 especialidades médicas, siendo la Medicina de Familia con 2.492 plazas la más numerosa. Pero lo que ha sorprendido más en este examen ha sido la siguiente pregunta:

84- Médico de 50 años que con frecuencia acumula retraso de 2 horas en la consulta, creando algún conflicto, aunque es el que tiene menor cupo de pacientes. Empieza su jornada laboral antes de la hora para planificar y adelantar su trabajo, pero siempre es el último en salir. Explica: “no soporto dejar algo a medias, soy muy perfeccionista, tengo muchas cosas que hacer además de las visitas (burocracia, papeleos) y no tengo tiempo para nada más. No sé cómo lo hacen mis compañeros que tienen familia, aficiones… Yo no tengo tiempo ni para ir al gimnasio. Los fines de semana me quedo en casa, descansando. No tengo vida social.” A la exploración se aprecia una preocupación por los detalles, el orden y las normas, una incapacidad para discernir lo que es urgente y prioritario de lo que no lo es, una conducta inflexible y una incapacidad para delegar. ¿Cuál de las siguientes sería la orientación diagnóstica?: 1. Trastorno esquizoide de la personalidad. 2. Trastorno narcisista de la personalidad. 3. Trastorno obsesivo-compulsivo personalidad. 4. Trastorno de la personalidad no especificado.

La reacción de las Sociedades Científicas de Médicos de Atención Primaria, (SEMFyC, SEMERGEN, SMG), ha sido inmediata: bastantes problemas hay para llenar las plazas de médicos de familia, como para que en el mismo examen se recuerden las malas condiciones laborales de la Atención Primaria. El Ministerio de Sanidad se ha excusado y -en un mensaje en X, antigua Tweeter- propone “valorar la retirada” de dicha pregunta, pues “en un contexto de especial foco en las acciones por la mejora de la salud mental de población y profesionales, la pregunta puede resultar estigmatizante. Las personas que se encuentran en situación de precariedad y sobrecarga laboral tienden a culpabilizarse y expresar las carencias de la organización como un problema propio. Esto dificulta su detección y les pone en riesgo, no solamente de cargar con la culpa de «no llegar”, sino también de terminar siendo patologizados y señalados desde fuera, sumando al sufrimiento propio el estigma” 

No cabe duda de la inoportunidad de la pregunta, pero opositores que creen haber acertado la respuesta también tienen argumentos para mantener su vigencia: “anulando la pregunta no se soluciona el problema de la atención primaria de salud, y perjudica a los estudiantes que la respondieron correctamente”, dicen.

Las preguntas del examen MIR las elabora un equipo pluridisciplinar. Desde un punto de vista técnico esta pregunta es dudosa, pues estigmatizar a un médico que acude a su consulta “antes de la hora para planificar y adelantar trabajo”, y que se toma toda suerte de molestias para sus pacientes, e incluso “sale el último” del Centro de Salud…. ¡quizás merecería un premio antes que crucificarlo en un examen MIR!

Pero si además analizamos con rigor técnico el fondo de la pregunta, cabe deducir que este médico expresa sufrimiento por su proceder. En términos de semiología psiquiátrica, a eso llamamos egodistonía. Pues bien, la egodistonía no es atributo del trastorno de personalidad obsesiva, sino del trastorno obsesivo. ¿Bastaría para impugnar la pregunta? 

Personalmente considero un error lamentable haber incluido esta pregunta en el examen, pero puestos a divagar, me temo lo peor: que esta pregunta la haya elaborado precisamente un médico de familia. Recordemos que el equipo que elabora el examen es pluridisciplinar, a buen seguro hay por allí algunos médicos de familia. Y como hipótesis alternativa, propongo como autor al psiquiatra que trataba a este pobre médico. 

¿Qué me hace sospechar que el autor sea un médico de familia o su psiquiatra? Pues que el caso es demasiado singular; demuestra demasiado conocimiento de lo que ocurre en un Centro de Salud.  Porque en efecto, la situación representada, sin ser muy habitual, es bastante conocida por todos. Diré más, yo he sido de estos médicos que acababa a deshora, de esos que llegaba tarde a la sesión clínica porque cuando todos habían acabado, yo aún tenía 10 pacientes muy pacientes en la Sala de Espera. 

¿Soy por ello un obsesivo-compulsivo? Creo que sí: hiperresponsable, perfeccionista, tardón, dándole vueltas a los casos clínicos que no veo claro, llevándomelos a casa y consultando libracos y bibliotecas on line. Incorregible. Contumaz. ¡Por favor, el psiquiatra autor de la pregunta que me haga un hueco en su agenda!  

Entre las respuestas graciosas que ha tenido la pregunta en cuestión, triunfa en X la siguiente:

Gerente sanitario de 50 años y escasos conocimientos que llegó al puesto por un conocido del partido. Es responsable de la Atención Sanitaria de un área  infradotada de personal con demoras que triplican la de otras zonas. Las bajas de los profesionales y reclamaciones de pacientes le llegan en efecto dominó. A la exploración se aprecia una absoluta despreocupación por el sentido ético de su trabajo y una absoluta falta de empatía por todo el mundo. Se aprecia una falta de aceptación de la realidad que disfraza con indicadores de gestión torticeros y una falta de coraje para enfrentarse a los que le pusieron en el puesto (servilismo).

¿Cuál de las siguientes sería la orientación diagnóstica? 

a) CI bajo 

b) Trastorno psicopático de la personalidad 

c) Ceguera y anencefalia.

d) No es patológico. Es el hijop…. habitual que te va a contratar cuando acabes el MIR.

Me permito reír un ratito para luego, con mi habitual espíritu obsesivo-compulsivo, darle alguna vuelta al nuevo caso. En primer lugar, no me sorprende que el gerente de área sea la cabeza de turco para propinar una respuesta elocuente. Sin embargo, hay muchos buenos gestores que también sufren y luchan para apedazar nuestra Atención Primaria. Ocurre que son demasiados descosidos para que se note…  Quizás deberíamos mirar más arriba, pero más arriba… ¿dónde?  El problema de la Atención Primaria no es tanto de personas como de estructura. Mucho me temo que solo se arreglará cambiando algunas reglas de juego, y no será fácil. 

Mientras, los profesionales que somos obsesivos-compulsivos, vamos a ser los paganos del asunto, porque no soportamos la mala conciencia del trabajo mal hecho. Somos así de ingenuos, de bobos. Y nuestros colegas más listos pasan por delante de nuestros consultorios abarrotados y nos miran con una sonrisa que bien a las claras dice…  “serás gilip….”  Es en este sentido que felicito al equipo redactor del examen MIR: lo que deseaban transmitir es el siguiente mensaje: “si te entregas con cuerpo y alma a tu tarea de médico, acabarás tan mal como este pobre, así que ¡tú mismo!” Impagable consejo, ¿verdad? ¡No vayamos a saturar las consultas de los psiquiatras, que ya bastante trabajo tienen!



     

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