Marzo 2022: una Educación Médica para la Paz

Dedicamos este numero de Marzo de 2022 de Doctutor a los cientos de miles de ciudadanos ucranianos que están sufriendo la agresión injustificada y cruel del ejército ruso. En estos días los habitantes de Ucrania representan el paradigma del sufrimiento humano, igual que los ciudadanos de Palestina o Yemen desde hace ya algunos años o todos aquellos que desde la segunda guerra mundial vienen sufriendo este tipo de agresiones por luchas de poder ajenas. A todos ellos, el resto de hombres y mujeres de buena voluntad y, entre ellos, la comunidad educativa que pueda representar Doctutor está y estará siempre con ellos.  Este número, decimos, está dedicado a ellos y lo hemos titulado “Una Educación Médica para la Paz”, porque creemos que la misión de la educación médica (EM) es ante todo, ayudar a crecer a las personas que ejercerán la profesión de médicos o sannitarios, a desarrollarse como profesionales y a la vez como personas y así, más allá de las compentencias médicas que esto conlleva, puedan asumir una ciudadanía libre y responsable y sepan servir a la sociedad potenciando los valores democráticos, críticos y éticos que, ante todo, repudia la violencia en cualquier acción con sus semejantes. 

De esta forma hemos estructurado este número en cuatro artículos relacionados: En el primero de ellos: Educación Médica: Mucho más que un conjunto de competencias, resaltamos que a pesar de que el papel que las competencias tienen en la Educación Médica es incuestionable, esta no puede ser solo un entrenamiento en competencias. La EM debería tener como protagonista a la persona del propio aprendiz. En este artículo se ofrecen razones de por qué esto debe ser así, clarificando las diferencias entre ambos enfoques educativos: el competencial y el personal y argumentando desde la realidad de la práctica médica actual la necesidad del último para la EM.  La SEDEM y la Conferencia de Decanos tienen un papel relevante y una especial responsabilidad en promover este debate abriéndose a un modelo educativo personalista y no meramente competencial, a la vez que debería promover que las Facultades de Medicina hagan explícitas declaraciones sobre su misión reflejando así con claridad cual es su espíritu educativo. El próximo Congreso de la SEDEM en Málaga 2022, puede ser un buen momento para revistar antiguas declaraciones y ofrecer nuevos aires y oportunidades a la Educación Médica española.

El escrito reflexivo que nos regala Iñigo Aragón Niño, residente de cirugía maxilofacial, «R4 de pandemia’’. Impacto de la pandemia COVID en la formación de un residente, es un buen ejemplo de esa actitud reflexiva que va más allá de la consideración de las oportunidades educativas como mera adquisición de habilidades. Iñigo reflexiona sobre lo que ha supuesto para residentes como él, coincidir gran parte de su residencia con la pandemia de Covid19, y resalta como la situación extrema vivida por nuestros residentes durante la pandemia al haber experimentado unas vivencias y haber entrenado unas habilidades que de otra forma no habrían tenido, les amplia en dimensiones inéditas los horizontes de su profesión y las dota de sentido.

Con la siguiente colaboración La motivación desde la perspectiva de la antropología relacional del Encuentro Interprocesual llamamos la atención sobre la importancia del llamado “Espíritu Motivacional” (o lo que funciona en motivación), el cual está más bien apuntando a la consideración de la motivación no como una cuestión psicológica sino antropológica con consecuencias psicológicas. Desde esta corriente de pensamiento que sostiene la perspectiva del “Encuentro interprocesual”, podemos decir que lo que motiva a una persona es que lo traten como persona (o vivir como persona, lo que incluye lo anterior). En este artículo se ofrece una visión general sobre los fundamentos de esta aproximación y algunas de sus consecuencias para la práctica clínica y educativa.

Finalmente en No me preguntes cómo sé esto… se describe una actividad docente que involucra a residentes de cirugía y estudiantes que rotan por cirugía en un hospital americano, y que tiene como objetivo el que los residentes mayores compartan sus experiencias de vulnerabilidad en situaciones clínicas. Esta experiencia de educación donde los médicos están abiertos y comparten sus propias experiencias de vergüenza, culpa y pérdida, mientras escuchan las de los demás, representa una auténtica actividad educativa que les ayuda a crecer como personas y a mejorar como médicos, en la línea que consideramos aquí debe ser la Educación Médica.



     

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