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Egoísmo y vacunación COVID-19: Hobbes versus Rand.


Pedro Gargantilla. Profesor Universidad Francisco de Vitoria

Resumen: El egoísmo consiste, básicamente, en atender el interés personal en detrimento de las necesidades de los demás. Esta actitud tiene sus consecuencias en el sector sanitario, especialmente en tiempos de pandemia.

Selfishness and COVID-19 Vaccination: Hobbes versus Rand

Summary: Selfishness consists, basically, in attending to personal interest to the detriment of the needs of others. This attitude has its consequences in the health sector, especially in times of pandemic.

Somos egoístas por naturaleza, es algo consustancial al ser humano, ya que per se tiene un sentido biológico y social, se podría decir que el egoísmo es parte sustancial de nuestros mecanismos de supervivencia. El vocablo egoísmo, que procede del latín ego, que significa yo, indica una actitud en la que el sujeto manifiesta un interés centrado en lo propio, desentendiéndose de lo ajeno, lo cual enturbia sus relaciones sociales. Para conocer el origen del egoísmo tenemos que echar la vista atrás. Desde los orígenes de la humanidad el Homo sapiens ha buscado el placer, en todas sus aristas, y ha evitado, en la medida de lo posible, el dolor, un criterio instintivo que ha llevado aparejado el egoísmo. En la actualidad el egoísmo está rodeado de un halo negro ya que una de las peores etiquetas que se nos pueden asignar es la de ser “egoísta”, un calificativo que asociamos a ruin, mezquino y mala persona. Ahora bien, pensar en nosotros mismos puede ser totalmente lícito, es más, desde el punto de vista de la “supervivencia genética” se podría argumentar como necesario. Muy probablemente se esconda el egoísmo, al menos de una forma inconsciente, en algunas de las actitudes que tomamos a lo largo de nuestra vida. ¿Por qué nos emparejamos? ¿Por qué tenemos hijos? ¿Por qué trabajamos? ¿Por qué cultivamos la amistad?

En este punto debemos de dar un salto hacia los aspectos sanitarios y plantearnos si, por ejemplo, y ante la escasez de vacunas frente a la COVID-19, deberíamos vacunar a toda la población o reservar la vacuna únicamente para aquellas que tienen nacionalidad española o que han cotizado a la Seguridad Social. Las posibles respuestas a esta cuestión podrían llegar desde tres esferas diferentes del egoísmo: psicológico, racional y moral. El egoísmo psicológico es un rasgo propio del Homo sapiens e imposible de erradicar. Muy probablemente el discurso de este tipo de egoísmo engarzaría con un patriotismo mal entendido, defendiendo que las vacunas pertenecen al Gobierno de España y la respuesta estaría meridianamente clara, de ninguna forma se puede desperdiciar ese recurso sanitario en personas extranjeras o no contribuyentes.

Seguramente alguno pensará que todo aquel que defienda esa postura es una mala persona, sin embargo, no se podría decir que este egoísta egocéntrico sea un malvado, en el sentido amplio del término, lo que sucede es que en su “yo” habitan miedos, frustraciones y carencias, de las cuales no siempre es consciente y que le llevan a defender ese tipo de posturas.

El filósofo materialista inglés Thomas Hobbes (1588-1679) fue el primero, dentro de la tradición liberal, en abordar la dicotomía entre egoísmo y altruismo. Para él la naturaleza humana era egoísta, en términos teóricos los seres humanos imponemos la fuerza de los deseos y convicciones, los cuales son la génesis de las guerras. En su “Leviatán” el filósofo describe al ser humano como un animal egoísta que actúa motivado exclusivamente por su propio interés. Su pensamiento se podría resumir en su famosa sentencia: “Homo homini lupus est”.

Curiosamente, los egoístas psicológicos son los que tachan de egoístas a los demás. Parafraseando a Jean Cocteu, un egoísta es aquel que se empeña en hablarte de sí mismo cuando tú te estás muriendo de ganas de hablarle de ti.

Vayamos con el segundo, el egoísmo racional. Desde esta perspectiva se genera un sistema moral en el cual el bien personal es el valor de mayor importancia. El principal exponente del egoísmo racional fue Ayn Rand (1905-1982), una intelectual rusa cuya familia se empobreció por las confiscaciones del comunismo y que emigró en su adolescencia a Estados Unidos. Rand fue una firme defensora del egoísmo racional, del individualismo, rechazando el altruismo y que cristalizó todo su pensamiento en una publicación titulada “La virtud del egoísmo” (1964).

Ya anteriormente el filósofo inglés Henry Sidgwick (1838-1900) había discutido en su libro “Los métodos de la ética” (1874) el egoísmo racional e, incluso, había llegado a aceptar que le resultaba difícil elegirlo frente al utilitarismo.

En relación con la pregunta planteada, sobre si ante la escasez de vacunas frente a la COVID-19, deberíamos vacunar a toda la población o reservar la vacuna únicamente para algunos grupos concretos de población, los egoístas racionales defenderían que aquellos que tengan dinero que se compren la vacuna y los que no lo tengan, desgraciadamente, no podrán vacunarse. 

Muy posiblemente el egoísmo racional es la postura que se está defendiendo a escala internacional a la hora de conseguir la vacuna frente a la COVID-19 por parte de países del primer mundo frente a los del tercer mundo. La Organización Mundial de la Salud ya ha advertido del desequilibrio que está generando este tipo de egoísmo.

En este sentido el egoísmo racional entronca, de alguna forma, con la teoría económica de Adam Smith (1723-1790). En su famoso libro “La riqueza de las naciones”, este teórico estableció el principio de la libertad económica, independiente del poder político, en donde exigía que el soberano no interviniese en aspectos relacionados con la actividad productiva. Smith era partidario de favorecer la competencia entre individuos, en última instancia, defender la búsqueda del propio interés, por lo tanto, de atrincherarse bajo el parapeto del egoísmo.

Por último, estaría el egoísmo moral, aquel que procura el bien para los demás en tanto el mayor bien sea para uno mismo. En nuestro caso concreto, un egoísta moral permitiría la vacunación universal porque de esa forma se evitaría la transmisión comunitaria de la enfermedad y, por tanto, al final saldría beneficiado. 

El egoísta moral es en el fondo un egoísmo fariseo, en donde los defensores actúan buscando su propio interés, a pesar de que defienden posturas comunitarias.

Bibliografía

. Dawking, R, El gen egoísta. Las bases biológicas de nuestra conducta. Barcelona, Salvat, 1993.
. Fromm, E. El arte de amar. España. Editorial Paidós, 2014.

Excerpt: El egoísmo consiste, básicamente, en atender el interés personal en detrimento de las necesidades de los demás. Esta actitud tiene sus consecuencias en el sector sanitario, especialmente en tiempos de pandemia.
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