¿Tocaste algo? Me dijo mi compañera.

Manu Campíñez
Médico de Familia. CAP Vallcarca en Barcelona

Lo llamé el jueves. Han venido del SEM y me han dado un tratamiento, unas pastillas y unos inhaladores, pero no lo podré empezar a tomar hasta mañana, que mi hijo vendrá e irá a la farmacia. Nunca he utilizado inhaladores, no sé si sabré… Manel es un señor de 85 años que vive solo. Nos conocemos desde hace trece. Hace un año que perdió a su esposa, Concepción, después de una complicada demencia. Ella me había llegado a confesar en la consulta sus maltratos psicológicos. Nunca supe si dar crédito a sus palabras o formaban parte de su delirio. Nunca me atrevía a profundizar. Te llamaré mañana para asegurarme de que ya estás tomando el tratamiento. El viernes jadeaba al teléfono. Me he tomado la primera pastilla esta mañana. ¿Y los aerosoles? No me noto nada con ellos. El sábado yo estaba de guardia. Respiré por poder hacer el seguimiento inmediato y no dejar pasar todo el fin de semana. Al día siguiente la fiebre había bajado, pero la disnea continuaba. Llevábamos 24 horas de antibiótico, quizás algo pronto para sacar conjeturas en una neumonía recién diagnosticada. ¿Al hospital? No, aguantemos, será peor. En todo caso él no iba a peor. Crucemos los dedos para que no se complique el domingo. El lunes por la mañana había empeorado el ahogo. Me decidí a ir al domicilio. Mi compañera me dijo que era un caso probable, que fuera protegido. ¿Tenemos EPI? No. ¿Entonces? Usa tu imaginación… Dejé el casco atado a la moto para tener las manos libres, mientras saludaba a un par de vecinos, también pacientes míos. Entré en el edificio, me quité la cazadora y el plumífero en el recibidor de la planta baja y los dejé en el suelo. Saqué la bata y me la puse. Me puse los guantes y la ffp2. Cogí una bolsa que había rescatado de debajo de la pica, de los regalos de navidad. Cogí el fonendo, el pulsioxímetro y el gel hidroalcohólico y dejé mi mochila. Subí los dos pisos de escaleras hasta la vivienda. La puerta estaba abierta. Manel, lo llamé. Al cabo de un rato vino hacia la puerta. Cuando me vio, no me reconocía. Tengo que visitarte aquí, en la escalera, no puedo entrar en tu casa, no llevo protección. Date la vuelta y súbete el pijama, por favor. Puse un guante para cubrir el fonendo. Crepitantes bilaterales. Saturación 85%. Ya te puedes vestir y entra otra vez en casa. Le expliqué desde el rellano. Estás mal, Manel. Fotut, decimos los catalanes. Tienes que ir al hospital, aquí no te puedo ayudar. Cuando vuelva al centro llamaré al SEM y pediré una ambulancia. ¿Estás preparado? Me dijo sí. No pude evitar, antes de girarme y salir corriendo, tocarlo. Le puse la mano en el hombro y apreté. Lo miré a los ojos. Lo siento, le dije. Bajé las escaleras en silencio. Limpié el fonendo y el pulsioxímetro un buen rato con solución hidroalcohólica. Los coloqué en una bolsa. Me quité la bata con mucho cuidador de no tocar el interior y la deposité en la bolsita de regalos de decoración navideña que traía. Me saqué los guantes y los deposité en otra bolsa. Lo metí todo en la mochila. Me puse la ropa y salí del edificio. Empezó a llover mientras me ponía el casco y arrancaba la moto. El martes vi el informe de urgencias. Positivo para COVID. Miré la placa: infiltrados bilaterales periféricos en vidrio esmerilado. El informe de urgencias concluía únicamente: ingreso en el hospital. Hace una semana que no cuelgan nada de él en el sistema. Ni analíticas, ni radiografías, nada. A veces pasa cuando están mucho tiempo en la UCI. Pero creo que esta vez no, que lo próximo que veré colgado, si es que dignan, es la epicrisis. ¿Tocaste algo? Me dijo mi compañera. No, repliqué. Pero no era cierto. El apretón en el hombro era un adiós definitivo. Inexpugnable. Impotente.



     

3 Respuestas

  1. baldo navarro dice:

    eres demasiado humano como tantos en tu profecion me siento orgullosa de ti pero por favor cuidate mucho te nesecitamos tus pacientes y nosotros tu familia te quiero

  2. Maria Teresa dice:

    Sense paraules……m’he vist reflectida. Jo i molts companys que aquests dies sabem que estem enviant un pacient a l’hospital mentre pensem per primera vegada que pot ser perfectament que no el tornem a veure mai més!!!!!!

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