Contra las fake news médicas: Cómo pueden contribuir los médicos y las Escuelas de Medicina.

Shikha Jain es doctor en medicina, oncólogo y hematólogo.

Resumen: Ante el alarmante incremento de las “fake news” en medicina, ofrecemos aquí, por una parte, un testimonio interesante de un médico que en contra de lo que últimamente se ha publicado en algunos medios de difusión muy populares relegando el papel del médico como garante de la salud pública al pedir que estos deberían mantenerse pasivos en materia de difusión pública en este tipo de asuntos, aboga sin embargo por elevar la voz contra este tipo de prácticas. Por otra parte, se ejemplifica una iniciativa que entronca con ese papel activo del médico reivindicado en esta lucha contra las fake news médicas: se trata de una actividad docente de “service learning” que se está desarrollando con alumnos de medicina en la Facultad de Medicina de la UFV en Madrid.

Against medical fake news: How doctors and medical schools can contribute

Summary: Struggling against the alarming increase of «fake news» in medicine, we offer here, on one hand, an interesting testimony from a doctor that, contrary to what has recently been published in some very popular media outlets, intend to relegate the doctor’s role as a guarantor of public health by requesting that they should remain passive in terms of public dissemination in this type of affairs, nevertheless advocates to raise the voice against this type of practices. On the other hand, an initiative that connects with the active role of the physician claimed in this fight against medical fake news is exemplified: it is a teaching activity of «service learning» that is being developed with medical students in the Faculty of Medicine of the UFV in Madrid.

«Lo bueno de la ciencia es que es verdad tanto si crees en ella como si no».

Neil deGrasse Tyson

Cuando empecé mis estudios de medicina, era un estudiante optimista, tenía los ojos muy abiertos y era muy entusiasta. Mis breves recuerdos de cuando era niño, los domingos con mi padre, cirujano vascular, me traen lo mucho que lo apreciaban sus pacientes, y como estos se lo expresaban cuando nos encontrábamos con ellos en la calle, en el supermercado o en cualquier otro sitio. Mi padre nunca se quejó de recibir llamadas o de no tener suficiente tiempo para estar con sus pacientes. Las quejas que escuchaba en casa eran todas relacionadas con él y la defensa que hacía de sus pacientes. No mencionó nunca su frustración con aquellos pacientes que lo acusaban de ajustar su agenda para prescribir medicamentos, o las quejas sobre el que su conocimiento no estuviera tan actualizado como para saber esa última noticia que habían escuchado en la televisión.

Las vacunas ahora se han convertido en una «causa de preocupación», e Internet otorga un doctorado honorario a cualquier persona que invierte 10 minutos buscando en Google. En estos días, cuando lees las noticias o enciendes la televisión o la radio, siempre aparecen algunas noticias de última hora o alguna nueva crisis de salud o…nacional. El sensacionalismo produce un constante aluvión de noticias e información que llega directamente a nuestras salas de estar, nuestros coches y nuestros móviles. Cada vez es más difícil filtrar lo que es real y lo que es ficción.

Antes de que existiera la frase «hacerse viral», circuló un correo electrónico engañoso en la universidad «John Hopkins» con información errónea relacionada con el cáncer y su prevención. Esto no se pudo achacar a la prestigiosa universidad americana, y esta envió un comunicado de prensa para informar al público que el correo electrónico no era médicamente correcto y que provenía de una «falsa cuenta». Desafortunadamente, el daño ya estaba hecho y gran parte de la información falsa de ese correo electrónico aún hoy sigue siendo traido por los pacientes. Como médicos, apreciamos y alentamos a nuestros pacientes a que estén bien informados e indaguen sobre lo que les puede ir mejor para su enfermedad y su tratamiento. Pero con la aparición de las fake news y el continuo cuestionamiento de la ciencia como hechos reales, ¿a dónde debería dirigirse un paciente para confirmar la validez de la información con la que le inundan diariamente? Y cuando los líderes políticos intentan redefinir los hechos médicos citando sus propias «fake news», ¿cómo podemos nosotros, como profesionales de la salud, combatir este auténtico problema de salud?

Recientemente apareció en Forbes un artículo titulado “Los médicos deberían estar más callados” (“Doctors Need To Shut Up More”).  Creo sin embargo que lo que es cierto es precisamente lo contrario, y no pensarlo así es ser corto de vista cuando no peligroso. Los médicos estamos en una posición única y tenemos años de formación y educación. Si las personas inteligentes y educadas no ofrecen la información precisa y educan al público en general, ¿quién lo hará entonces? Por diferentes razones, durante demasiados años, los médicos no hemos sido demasiado activos en el liderazgo fuera de nuestros contextos profesionales. Los médicos hemos estado demasiado ocupados con las responsabilidades clínicas o no hemos tenido ningún interés al respecto. Se nos dijo que deberíamos «ceñirnos a la medicina»…”zapatero a tus zapatos”. Debido a esto, la industria médica ha ido aterrizando y colocándose en un lugar cada vez más difuso.

En los últimos años se han difundido algunas ideas perniciosas:
“Los médicos no saben cómo administrar un negocio o aumentar la productividad de sus consultas o centros clínicos, por lo que no vamos a dejarles hacerlo” lo que ha llevado a una pérdida de autonomía médica y a un sistema de atención sanitaria que cada vez tiene más problemas.

«Los médicos deben dedicarse a ver a los pacientes y no deben de involucrarse con los medios de comunicación», lo que ha dado como resultado que las celebridades y los “famosetes” promocionen sus productos como «medicinales» y así, los pacientes ahora estén usando aceites esenciales para tratar de curar su cáncer, recomendando terapias ya en desuso por ineficaces o impidiendo que sus hijos se vacunen.

“Los médicos no deberían participar en la política” lo que ahora ha dado como resultado que algunos gobiernos implementen leyes que afectan negativamente la salud de las mujeres, la salud pediátrica y la salud pública, por mencionar solo algunas.

Los médicos aprendemos fisiología y biología como se menciona en el artículo original de Forbes. Pero somos parte de una profesión única. No solo tratamos las dolencias físicas del cuerpo humano; También tratamos el alma y el espíritu de las personas. Ofrecemos apoyo emocional, aconsejamos, asesoramos, damos una atención integral que posteriormente tiene un efecto mariposa en todas las personas con las que el paciente interactúa. Estamos al tanto de los pensamientos y deseos más íntimos de nuestros pacientes. Sabemos cómo una decisión puede afectar a muchos. No deberíamos callarnos. “Zapatero a tus zapatos”…y estos son nuestros zapatos. Precisamente ahora, con internet y las «fake news», con «los falsos consejos médicos» de fácil acceso y con todos esos sujetos que armados de una plataforma afirman tener una solución mágica para curar dolencias, precisamente ahora decimos, es el momento de que los médicos alcen sus voces. Ahora es el momento en el que los médicos debemos emplear los años invertidos en una continua y extensa capacitación y educación para ayudar a mejorar la salud de nuestros conciudadanos. Así que desde aquí imploro a todos los médicos: ¡¡no os calléis!!; Usad vuestro conocimiento para ayudar a hacer del mundo un lugar mejor: más transparente y saludable.

Una experiencia docente de Service Learning Contra las Fake News

Maria Alonso es profesora de la Facultad de Medicina de la UFV (Madrid)

Qué herramientas se encuentran al alcance de nuestra mano que nos permitan luchar contra este bombardeo indiscriminado de noticias, comunicados y titulares que dictan sentencia sobre cuestiones médicas sin tener fundamento científico alguno o en ocasiones siendo auténticas aberraciones? Una de las armas más poderosas es la concienciación y la educación desde las aulas, y mientras más temprano se ponga en marcha, mejores resultados otorgará. La Facultad de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria, va a poner en práctica una iniciativa docente con el objetivo de contribuir en esta búsqueda por la “no verdad” en el ámbito sanitario entre la vasta información que inunda nuestros sentidos. En esta experiencia docente, los alumnos serán los auténticos protagonistas, se engloba dentro de un tipo de metodología denominada “service learning” o “aprendizaje servicio”, en la que los estudiantes se embarcan en una asignatura que no termina con la formación en aspectos meramente académicos (cognitivos) sino que, a diferencia de otras asignaturas más formales, brinda la posibilidad al alumno de llevar a cabo un servicio destinado a una comunidad concreta de personas que tienen una necesidad especial. Son múltiples las temáticas que se pueden abordar siguiendo este tipo de enfoque de aprendizaje, de tipo formativo, asistencial, divulgativo, etc.

En relación con la temática expuesta en este artículo, un grupo de alumnos de esta universidad indagará dentro de diversos medios o canales de difusión de noticias, rastreando aquellos comunicados sobre aspectos médicos o relacionados con la salud que contengan información dudosa, cuestionable o falsa. Para ello no solo tendrán que realizar una actividad de búsqueda, sino que realizarán una crítica constructiva y argumentada de la noticia, dejando constancia de ello en una pequeña publicación universitaria de carácter divulgativo que se presentará ante la comunidad universitaria en algún momento antes de que finalice el curso. Se trata de que nuestros alumnos de medicina incrementen su sensibilidad y agudicen sus sentidos para detectar qué es aquello, del ámbito de las noticias de salud a lo que con lo que no podemos hacer la “vista gorda”, porque contamina y a un plazo más corto o largo socavará la salud de nuestra sociedad. Actividades de este tipo, pueden ser herramientas valiosas para formar a nuestros estudiantes en el pensamiento crítico y en la búsqueda de la verdad constante y para alertar a la sociedad del hecho cierto de que no todo lo que aparece en twiter o instagram es cierto, y en ocasiones ni siquiera relevante, pero también y quizás sobre todo para ir creando en ellos ese pálpito por la verdad y como dice Shika Jain esa necesidad de no callar ante una responsabilidad que como ciudadanos tenemos todos pero como médicos tendrán ellos muy pronto….



     

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