Debate. El Pésimo negocio de Curar Enfermedades: La industria farmacéutica al descubierto.

Resumen: Recientemente Goldman Sanchs, con grandes intereses en la industria biomédica, ha confesado abiertamente lo que muchas de las farmacéuticas no se han atrevido aun a hacer: que lo rentable es que las enfermedades se traten para hacerlas crónicas, no para curarlas. Se vuelve a abrir así el debate de la ética de la industria farmacéutica y por añadidura el papel que en este deben de jugar los profesionales sanitarios.

Debate. The Bad Business of Curing Diseases: The Pharmaceutical Industry Uncovered.

Summary: Recently Goldman Sanchs, with great interests in the biomedical industry, has openly confessed what many of the pharmaceutical companies have not yet dared to do: that the profitable thing is that the diseases are treated to make them chronic, not to cure them. The discussion of the ethics of the pharmaceutical industry is again opened and, in addition, the role that health care providers should play.

Las declaraciones de Goldman Sachs confesando abiertamente lo que muchas de las farmacéuticas no se han atrevido aun a hacer, que lo rentable es que las enfermedades se traten para hacerlas crónicas y no para curarlas enfermedades, han encontrado un eco muy amplio en las últimas semanas que Doctutor no quiere dejar pasar por lo que tiene de revelador y porque toca al corazón de la práctica clínica.

Hasta ahora hemos oído repetidamente que muchas de las enfermedades que azotan al tercer mundo no se terminan de controlar porque los que las sufren son ciudadanos de tercera o cuarta categoría, es decir son personas que no pueden afrontar el gasto sanitario que conlleva una política sanitaria dirigida a este fin o en este caso, más específicamente, una inversión farmacológica que finalmente sea “retornable”. Porque en el fondo eso es lo que parece importante, la “recogida” de beneficios tras una inversión farmacéutica.

El caso del virus del Ebola está en la mente de todos como ejemplo paradigmático de este “modus operandi” en el que los únicos “malos” no son la industria farmacéutica desde luego, si no los gobiernos de los países “desarrollados”. Durante muchos años se estuvieron aprovechando del “miedo” a una enfermedad incurable que podría suponer la peste del siglo XXI pero que en realidad resultó ser eso: una magnífico motivo para crear miedo en el ciudadano rico y simplemente una problema que no merecía ser atendido porque precisamente no afectaba a esos ciudadanos ricos. Con lo que ahora acaba de revelar Goldman Sachs se hace más patente aun esta dinámica perversa en la que parece estar basado el negocio de las farmacéuticas: “lo que no da beneficios no interesa” y más aún “marquemos pues líneas de investigación rentables”.

Sin embargo ahora también esa revelación deja patente que el ciudadano de “primera” también está afectado y lo está precisamente porque este si puede pagar y si no su gobierno lo tendrá que hacer por él/ella…¿estamos ante una nueva evidencia del desalmado “Capitalismo Salvaje” que parece estar acabando con la civilización occidental?…ese que solo está interesado en obtener beneficios a costa de hacer desaparecer los derechos adquiridos por los trabajadores en los últimos 150 años mediante la demonización (bajo un supuesto racismo) de aquellos que se atreven a estar en contra de la inmigración, mediante la deslocalización de empresas y la globalización del mercado suprimiendo las fronteras arancelarias? Pues resulta que ese capitalismo salvaje no solo nos está convirtiendo a los ciudadanos occidentales en esclavos (mileuristas) sino que además parece revelar que lo que interesa es que estos “esclavos” sean enfermos crónicos, para que parte de esos míseros sueldos retornen en forma de beneficios por fármacos que no curan pero que alargan la agonía en forma de enfermedad crónica. El panorama no deja de ser inquietante,…pero volvamos a lo que encierran las revelaciones del grupo de banca de inversión y valores más grandes del mundo.

Sin tapujos, sin filtros, sin adornos ni eufemismos. Se trata de un informe interno de Goldman Sachs, titulado «The Genome Revolution«, para el gusto de sus ejecutivos y directivos. En él, el analista Salveen Richter afirma: “El potencial de ofrecer ‘remedios únicos’ es uno de los aspectos más atractivos de la terapia génica, la terapia celular genéticamente modificada y la edición de genes. Sin embargo, estos tratamientos ofrecen una perspectiva muy diferente con respecto a los ingresos recurrentes frente a las terapias crónicas”. El informe se pregunta «¿curar a los pacientes es un modelo de negocio sostenible?». Y se responde: «claro que no».
Lo rentable -el único criterio que importa a los plutócratas de Wall Street y a los ejecutivos monopolistas de la farmaindustria- son los «ingresos recurrentes». La terapia génica y celular puede matar a la gallina de los huevos de oro, o mejor: la cura de la enfermedad de poner huevos de metal pesado. Qué pésimo negocio. ¿Quién puede estar interesado en algo así?

El informe de Goldman Sachs analiza el ejemplo de los tratamientos de Gilead Sciences para la hepatitis C. Lo que es un éxito luminoso en el ámbito científico -la eficiencia es indudable ya que ha logrado tasas de curación del 90%- para el mundo de los negocios es un enorme error.  Mientras que en 2015, los ingresos por el tratamiento de hepatitis C de esta compañía alcanzaron un máximo de 12.500 millones de dólares, ahora no superarán los 4.000 millones, lo que sería un descenso del 68%.

Es más, sostiene el informe: “En el caso de enfermedades infecciosas como la hepatitis C, curar a los pacientes existentes también disminuye el número de portadores capaces de transmitir el virus a nuevos pacientes, por lo que el grupo de potenciales clientes futuros también disminuye«. ¡Los pacientes se curan y ya no contagian a nadie!. ¿Y si la enfermedad es erradicada? ¡Qué pésimo negocio!

Lo que es una luz de esperanza para millones de enfermos, lo que supone un resplandeciente porvenir para la humanidad, para las oligarquías financieras y las burguesías monopolistas farmacéuticas (una de las caras más claras del “Capitalismo Salvaje” en el terreno de la Salud) es una amenaza, un riesgo financiero, un peligro a abortar. «Pocas veces ha quedado más diáfano y patente el papel de las oligarquías financieras en el desarrollo de la medicina» comenta David Bezoar en «De verdad Digital».
El futuro para su negocio pasa por que «las compañías biotecnológicas centren sus investigaciones en la obtención de medicamentos enfocados a tratar las enfermedades más masivas y crónicas». Nada mejor que una enfermedad crónica, una dolencia para siempre, que el paciente dependa de un tratamiento para poder vivir.

Pocas veces ha quedado más diáfano y patente el papel de las oligarquías financieras en el desarrollo de la medicina (y por ende de la ciencia y la tecnología). Todo lo que sirva para aumentar sus beneficios, debe ser potenciado y generosamente financiado. Pero todos los avances que pongan en peligro sus cuentas de resultados… debe ser obstaculizado, reconducido o abortado. Aunque ello suponga sumir en las tinieblas de la desesperación a las esperanzas de la humanidad.

Ellos tienen el poder y el capital para decidir qué se investiga y qué no, qué se puede conocer y qué no se puede desarrollar. Pero ¿pueden parar la rueda de la historia?, ¿el conocimiento?.

Ante esto ¿Cuál debe de ser el papel del profesional sanitario? ¿Dónde está el campo de batalla de estos? ¿Cuáles deben de ser sus aliados? ¿Qué estrategias debemos priorizar en esta lucha que se avecina? Queda abierto así a las claras un ámbito de compromiso que no podemos evitar por más tiempo y que deberíamos llevar ya a nuestras instituciones.
¿Cuál es tu opinión sobre esto?
¿Qué crees que puede hacer el profesional sanitario?
Estas son las preguntas que remitimos al lector invitándolo a participar en el debate.


Fuentes
https://arstechnica.com/tech-policy/2018/04/curing-disease-not-a-sustainable-business-model-goldman-sachs-analysts-say/
https://www.cnbc.com/2018/04/11/goldman-asks-is-curing-patients-a-sustainable-business-model.html
http://deverdaddigital.com/articulo/22462/goldman-sachs-curar-es-un-mal-negocio

     

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1 respuesta

  1. Soy Odontólogo, y lo expuesto en este artículo es una constante preocupación, tanto para mi, como para muchos colegas

    Sin embargo, en mi opinión, hay esperanza, ya que las industrias, las instituciones, los gremios, están formados por profesionales, que uno a uno las conforman

    Y de uno a uno podemos lograr un cambio radical en el panorama

    Saludos desde Caracas

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