La mayéutica y la adquisición del conocimiento.
Pedro Gargantilla. Profesor Universidad Francisco de Vitoria

Resumen: Hace más de veintiséis siglos el filósofo griego Sócrates propuso la adquisición del conocimiento a través de la mayéutica, que consiste, básicamente, en la resolución de problemas a través del planteamiento de preguntas concretas.
Mayeutics and the acquisition of knowledge
Summary: More than twenty-six centuries ago, the greek philosopher Socrates proposed the acquisition of knoweldege through mayeutics, which basically consists of solving problems through the posing of specific questions.
La sociedad griega fue una sociedad oral y, desde Homero hasta Sócrates, la palabra se convirtió en el tratamiento, no sólo de la ciudad sino también del alma, al tiempo que sirvió de fuente de aprendizaje. En el siglo veintiuno la adquisición del conocimiento médico pasa por una serie de etapas, que se pueden sintetizar en: atención, memorización, comprensión y resolución de problemas.
El procesamiento de información en nuestro cerebro comienza con la captura de datos a través de los sentidos y, para ello, se necesita que prestemos atención. Esta fase tiene ciertas singularidades, entre ellas que es limitada y finita, no podemos sostener la atención durante un tiempo desmedido y depende, entre otros muchos factores, del interés del contenido.
La información debidamente procesada es cribada mediante estructuras cerebrales que dejan su impronta en nuestro hipocampo, para que, en caso de que sea necesario, pueda ser recuperada. El hecho de agregar nuevas propuestas a las ya existentes va generando una intrincada red de conocimiento.
Para fortalecer esta red es imperioso relacionar los conocimientos adquiridos con los que ya están almacenados, de forma que cuando surja la necesidad de solucionar problemas –toma de decisiones- se obtengan patrones o fórmulas específicas.
Ahora bien, ¿cuál es el mejor mecanismo de aprendizaje de los conocimientos médicos? ¿Caminamos en la senda correcta o deberíamos redirigir nuestros esfuerzos?
Los griegos tenían su diosa de la memoria –Mnemósine-, una de las divinidades con mayor poder, ya que sabía “todo lo que ha sido, todo lo que es y lo que será”. De su nombre deriva precisamente el vocablo “nemotécnico”.
Etimológicamente, este término está formado por mneme –memoria- y tekhne –técnica-, en otras palabras, las reglas mnemotécnicas son todos aquellos procesos y recursos usados para fortalecer la facultad de recordar.
¿Debemos confiar exclusivamente en nuestra memoria la adquisición de los conocimientos médicos? No parece muy recomendable apostar por esta carta, precisamente en un momento en el que la aparición de conocimiento crece de forma exponencial. Es posible que un filósofo que vivió hace más de dos mil quinientos años nos pueda ayudar.
Sócrates nació el 470 a. de C. en Atenas, en la época de mayor esplendor de la ciudad, y fue hijo de Sofronisco –cantero- y de Fainarate –partera-, que influyó en parte de su desarrollo filosófico. Sócrates se casó con Xantipa, una mujer perteneciente a una familia noble, con la que tuvo tres hijos. Sabemos que este filósofo fue pobre toda su vida, trabajaba lo estrictamente necesario para conseguir el sustento familiar, ya que prefería dedicar el tiempo a charlar con sus conciudadanos, a discutir con ellos y, sobre todo, a ayudarles a razonar.
Es muy conocida la anécdota que cuenta cómo Querefonte se trasladó hasta Delfos para preguntarle si había alguien más sabio que Sócrates y la Pitonisa le atestiguó que no. Cuando el filósofo se enteró de lo sucedido pronunció la célebre frase: “sólo sé que no sé nada”. Y es que era consciente tanto de su propia ignorancia como de la ignorancia de los demás.
A Sócrates le gustaba adoptar una postura aparente de inopia e interrogar a sus coterráneos para luego poner en evidencia la incongruencia de las afirmaciones, esto es lo que se conoce como “ironía socrática”. De forma paralela, fue creando un método inductivo de conocimiento, que permitía resolver problemas a partir de la formulación de preguntas concretas, un aprendizaje conocido como mayéutica.
El valor de este método inductivo bien ejecutado es incalculable, es cierto que es una habilidad que al principio encierra ciertas dificultades pero que, con el paso del tiempo, puede llegar a dominarse. El objetivo es, mediante la utilización de las preguntas adecuadas, llegar hasta la esencia de las cosas, es decir, aquello que hace que “algo” sea precisamente eso y no otro; sólo de esta forma se adquirirá un conocimiento profundo y verdadero, que a la postre reforzará las redes neuronales. El término mayéutica deriva etimológicamente del trabajo de las parteras u obstetras –la profesión de la madre de Sócrates-, que eran las que “ayudaban a dar a luz” a las parturientas.
El primer texto de Platón en el cual se hace referencia a la mayéutica socrática es “El banquete”. Allí Sócrates repite las palabras de la sacerdotisa Diotima, según la cual el alma de cada hombre está embarazada y quiere dar a luz. Quizás, solo quizás, deberíamos recurrir más a menudo a la mayéutica socrática para adquirir nuevos conocimientos.
Bibliografía
BOYER, C. B. (1986): Historia de la matemática. Madrid: Alianza Universidad.
BREHIER, É. (1956): Historia de la filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.
FERRATER MORA, J. (1969): Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.