Es por esto…(que los médicos de familia hacemos la medicina que hacemos)

Christy Ledford
Resumen: La sociedad americana de profesores de medicina de familia cumple este año 50 años de existencia. En este artículo Christy Ledford expone algunos mensajes fundamentales que explican por qué los médicos de familia hacen el tipo de medicina que hacen y propone unas preguntas desafiantes para especialmente los médicos de familia dedicados a la enseñanza.

La pregunta que más a menudo me hacen los estudiantes de medicina y los residentes es «¿por qué?» «¿Por qué tenemos que visitar en las casas?» «¿Por qué tenemos que pasar tanto tiempo escribiendo en la historia clínica?» «¿Por qué tenemos que hacer proyectos de investigación?” Estos “porqués” me desafían constantemente y me animan a indagar por qué la medicina familiar funciona de la manera que lo hace y por qué enseñar esta disciplina es tan importante. La historia creativa de un médico de familia ocurre, como dice JJ Frey por «la relación personal y duradera en el tiempo y las dolencias de sus pacientes, esto es esencial para hacer el trabajo de la medicina de familia» (1). Esta es también la base de todo lo que hacemos en medicina familiar, el fundamento desde el cual se forman nuestras actitudes y nuestros comportamientos.
La medicina familiar se basa en la relación personal, pero su carácter integral es su característica más desafiante y definitoria. Los médicos de familia no tratan un proceso de enfermedad en un solo momento puntual del tiempo. La comprensión no es sólo ampliar conocimientos y experiencias. Es esencial para establecer relaciones entre la edad y la enfermedad. Los médicos de familia están junto a la cama en los nacimientos y en las muertes de los miembros de la familia en una única familia (y cada una es única). Sus atenciones no se limitan a una determinada edad, género o proceso de enfermedad. Cuando los médicos de familia alcanzan su potencial, son capaces de entender el contexto y el impacto de las decisiones individuales de salud dentro de una perspectiva más amplia y ecológicamente más válida.

Nuestra historia como disciplina ha establecido un conjunto de valores fundamentales a partir de los cuales nuestro futuro debe desarrollarse. A medida que cambia el mundo que nos rodea, debemos adaptar y aplicar estos valores o arriesgarnos a convertirnos en un apunte histórico. Esto nos obliga a elegir sabiamente qué debemos cambiar y qué debemos mantener sin cambios.

Consideremos nuestro enfoque hacia la innovación. Cuando hablamos de los registros médicos electrónicos y la carga que nos supone el mantenimiento de registros médicos, ¿estamos explicando a los estudiantes cómo estos registros médicos son las crónicas de nuestras relaciones? El acto de documentar permite a los médicos reflexionar sobre un momento en una relación y recordar la información intercambiada y las decisiones tomadas en ese momento. Ese acto crea un registro de la relación y proporciona un contexto a largo plazo para los demás cuando estos necesiten intervenir para ayudarles. ¿Y cómo enseñamos y modelamos estas relaciones duraderas a través de la nueva tecnología: la telemedicina y otros modelos innovadores de atención? Debemos tener claro que la tecnología complementa pero no puede reemplazar la relación.

Consideremos nuestra situación como puerta de acceso al sistema sanitario. Los médicos de familia están en la intersección acceso-calidad. Somos un punto de acceso directo para muchos pacientes, un punto de entrada en el sistema de salud. Pero, ¿estamos enseñando a nuestros alumnos que el rendimiento, definido por el número de pacientes vistos por día en relación con el número de pacientes que esperan citas, es una medida esencial de la calidad en la atención primaria? ¿Estamos capacitando a los médicos para pensar en esos momentos cruciales de la vida de un paciente o su curso vital en conjunto? Debemos enseñar y modelar un pensamiento holístico que reconozca los límites de centrarse exclusivamente en aumentar y mejorar el acceso con el proveedor disponible, lo que puede afectar negativamente la continuidad y la capacidad de desarrollar relaciones con el proveedor que el paciente quiera elegir.

Consideremos nuestra orientación hacia los residentes a través de la actividad académica y la mejora de la práctica. ¿Estamos caminando con a ellos para hacerles ver que la investigación es una pieza crítica para la obtención de pruebas que mejoren la atención y nos conecten más eficazmente a los pacientes? ¿Están aprendiendo a hacer preguntas que puedan aplicarse a sus pacientes, que les ayuden a tratarlos, que puedan ser compartirlas con ellos? ¿Pueden nuestros residentes ver la diferencia entre la comercialización de un producto y nuevas ideas críticas sobre?

Los tutores médicos de familia deben entender nuestra razón de ser, pero también debemos saber cómo crear y modelar el aprendizaje partiendo de esa base. En el nivel de grado, «en que áreas de los planes de estudios estamos enseñando?» (2). Debemos demostrar un modelo relacional de cuidados a los estudiantes. Los profesores y tutores de medicina familiar son expertos en el compromiso con los estudiantes porque pasamos mucho tiempo con ellos a lo largo de sus estudios en las escuelas de medicina. En nuestro mejor momento, nuestras relaciones con los estudiantes durante todo el proceso educativo reflejan nuestras relaciones con los pacientes a lo largo de las etapas de sus vidas. En el nivel de “estudiante concreto”, estamos comprometidos a producir los mejores médicos, pero a nivel social, importa mucho más que un número suficiente de nuestros estudiantes encuentre una vocación en la medicina de familia.

Nos enfrentamos a una tarea similar en la residencia. Cuando separamos nuestro currículo en componentes, en secciones, en subconjuntos, este pierde su poder para ayudar a los residentes a comprender el carácter integral y longitudinal de la medicina familiar. En lugar de acumular experiencias, debemos encontrar formas de integrarlas en la naturaleza longitudinal del proceso de aprendizaje.

Una función crítica de nuestro papel como profesores y tutores de medicina familiar es nutrir y proteger la capacidad de nuestros estudiantes de experimentar relaciones que perduren. Este desafío es a veces abrumador. ¿Cómo enseñamos, además, el modelo, las relaciones duraderas con el incremento cada vez mayor de las amenazas a un modelo personal de cuidados que nos presiona cada dia con más fuerza desde afuera? Sabemos que en las relaciones personales, las demandas de tiempo, plazos y estrés físico pueden perturbar las relaciones. ¿Por qué esperamos que las relaciones con los pacientes y con los estudiantes sean diferentes? A medida que sufrimos más cargas, nuestros alumnos también lo hacen.

Durante 50 años, la Sociedad de Profesores de Medicina Familiar ha hecho «avanzar la medicina familiar para mejorar la salud a través de una comunidad de profesores y eruditos» (3), basándose en la suposición básica de que «una relación personal continuada en el tiempo y con las dolencias es esencial para nuestra práctica clínica » (1). Esta visión une a médicos de familia, con clínicos, farmacéuticos, conductistas, especialistas en educación, coordinadores de programas, etc. A medida que el tiempo pasa, nuestro liderazgo cambia, el número de asociados a las Sociedades de medicina de familia ha crecido en todo el mundo. ¿Nos mantenemos sin embargo fieles a estos valores básicos o en este devenir los hemos abandonado debido a las presiones de una atención sanitaria concebida ahora más bien como negocio (gestión), por nuestras propias preocupaciones (burnout), por la percepción de otras disciplinas, o por nuestro sentido de urgencia de ganarnos la entrada a la universidad y el acceso a los estudiantes? A medida que formamos a la próxima generación de médicos de familia, también estamos cultivando la próxima generación de líderes, caminando sobre las huellas de aquellos que ya nos allanaron el camino. La próxima generación es tan inteligente y tan apasionada como lo fueron nuestros predecesores. Mi esperanza es que a medida que cada uno de nuestros estudiantes y residentes entren en la práctica clínica y experimenten relaciones duraderas, sean capaces de mirar hacia atrás hacia lo que les hemos enseñado y reconozcan ese «Por eso».

Referencias


• Frey JJ. A creation story. Fam Med 2017; 49(4);270-4.
• Schneider BN, Chessman A, Toffler W, Handler L, Steiner BD, Biagioli FE. Medical student teaching and recruiting: 50 years of balancing two educational aims. Fam Med 2017; 49(4);282-8.
• Society of Teachers of Family Medicine: About us. 2017; http://www.stfm.org/About. Accessed February 24, 2017

Se puede acceder al artículo original en inglés en:
http://www.stfm.org/FamilyMedicine/Vol49Issue4/Ledford268

     

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